La campaña estuvo mala, mala, mala porque no hubo grandes temas. Se me ocurrieron tres que pudieron haberse discutido:
Meter mano a la estructura económica de Chile.
Suena feo, pero no me refiero a la revolución, compañeros. Me refiero a que no podemos tener un proyecto serio de país si vamos a ser solo exportadores de materias primas. Nuestra dependencia de la minería y de los recursos relativamente renovables nos hace débiles porque esas cosas se acaban y no tenemos con qué reponerlas. El desarrollo es un sueño si pensamos que lo vamos a lograr con el cobre y la fruta y los salmones. Lo vamos a lograr con eso, es cierto, pero también se requiere otro tipo de actividades económicas: aquellas de valor agregado, que dependen de los ciudadanos. Los chinos pagan tres chauchas a sus trabajadores y no son un buen ejemplo, pero sirven para ilustrar el concepto. Hoy todas las cosas se hacen en China: desde la ropa hasta los lápices. Hoy todos los computadores tienen que ver con la India (ese es un ejemplo mejor). Hoy toda la industria de la entretención tiene que ver con Estados Unidos (y no sólo Hollywood, ¿ustedes saben la plata que mueve la industria de los juegos de video?). Todos los países que están pensando para adelante están en la parada de agregar conocimiento a lo que exportan. Pero para eso tiene que haber conocimiento antes.
Meter mano de verdad en la educación.
Tal vez termine amputada, pero hay que hacerlo.
De tanto decirlo, parece una majadería. Todos están de acuerdo en esto. Pero a la hora de los quiubos, creen que la cosa se soluciona con programas y huevaditas. Un gobierno que se tome esto en serio debe efectuar (y no es de la noche a la mañana, pero sí hay que hacerlo rápido) un cambio cultural en la educación. Transformar la Pedagogía en una carrera donde se gane un palo al mes, mínimo, para captar a las mejores mentes. Igualar la educación pública a los estándares de la privada. ¿Difícil? Claro que sí, pero esto es un país, no el negocio de papas fritas de la esquina. TODO para un gobierno es difícil y MUY difícil.
Meter mano a la lumpenización de la sociedad
Dejar de hacerse los huevones con el tema de la pasta base. NO sé cómo se hace, cómo se gana el combate. Pero puta, alguien tiene que saber. Se me ocurre que la única salida es legalizar la droga: eso dejaría al nocivo veneno conocido como pasta base fuera del mercado. Sé que no es una decisión que le competa a Chile solamente (quedaría la cagada si un país legaliza unilateralmente), pero ¿para qué están los foros internacionales? Nunca hubo una justificación científica para la criminalización universal de la droga. ¿La hay ahora?
Uno siempre piensa en "el lumpen" como fuera de la sociedad. Pero esos pendejos son ciudadanos como nosotros. Lo fácil es meterlos a la cárcel. Lo difícil es quitarles lo lumpen e integrarlos.
Eso por ahora. Hubiera sido una linda campaña con esto. Pero fue lo que fue.
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