20071228

Tragedia temporera

Sin perjuicio del anterior post, hay que decir que la prensa no se preocupa de todas las tragedias por igual.
Un niño temporero -a nadie le escandaliza esto: el niño había dejado la escuela para dedicarse a trabajar y mantener a su familia- fue electrocutado mientras laboraba sin contrato en una parcela cerca de su casa en Longotoma, Valparaíso. He registrado una nota en Canal 13 el día en que ocurrió y una carta a El Mercurio ayer. Reproduzco la carta:

Cartas Jueves 27 de Diciembre de 2007 Un caso estremecedor

Señor Director:
Desde hace tres años dirijo el Servicio de Quemados del Hospital de Urgencia Asistencia Pública. Ese es el centro de derivación nacional para pacientes quemados graves. Tratamos alrededor de cien de estos pacientes al año y van en aumento. Detrás de cada uno de ellos hay una historia estremecedora que nos remece y nos compromete. El riesgo de fallecer supera el 50%. Nadie sobrevive sin secuelas.
Sin embargo, aun así, hay casos particularmente estremecedores tanto por la situación que lo genera como por sus consecuencias para toda la vida.
Hace casi una semana recibimos, trasladado del Hospital Gustavo Fricke de Viña del Mar, a un jovencito, un niño de 16 años, gravemente quemado por corriente eléctrica de alta tensión. Al evaluarlo en pabellón comprobamos que, además del riesgo vital, ya tiene perdidos el antebrazo y la mano derecha, buena parte de la mano izquierda y del pie izquierdo, además de otras lesiones en el dorso y los muslos.
Al informar a los padres nos enteramos que el chico se accidentó trabajando, según se nos dice, en una condición informal, como recolector de paltas en la zona de Longotoma. Proviene de una familia de muy escasos recursos de la comuna de Petorca. Impedido el padre por una enfermedad, él debió abandonar los estudios y comenzar a trabajar para contribuir al sustento del hogar.
En esas condiciones la garantía que protege a los quemados graves permitirá, sin costos para la familia, su tratamiento actual. Sin embargo, pareciera que a pesar de que se encontraba trabajando, la informalidad del empleo no le permitirá hacer uso de los derechos de un "accidentado del trabajo" a la manera de quienes están afiliados, por ejemplo, a una mutual.
Eso es grave; aunque consigamos salvar la vida de este niño, lo que nos preocupa es su futuro. No se trata sólo del daño actual, sino de todas las posibilidades que, como consecuencia del daño recibido, se le cierran en adelante.
Nosotros como médicos llegamos hasta salvar su vida y cerrar y curar sus heridas. Tal vez a intentar rehabilitar sus secuelas. Aunque sabemos que en este caso eso será sólo parcial. Quisiéramos que alguien se hiciera cargo de buscar la manera de asegurar su futuro.
DR. JORGE VILLEGAS C.Cirujano PlásticoJefe del Servicio de QuemadosHospital de Urgencia Asistencia Pública


En la nota entrevistaban al patrón. No era un latifundista ni mucho menos: un viejo que toda la vida había trabajado con la familia del chico, y que creía estar dándole una oportunidad. No sé como siga el tema legal pero desde luego, no puede hacerse el tonto.

20071227

Llorar

A Cristián Warnken le acaba de pasar lo peor que le puede pasar a un padre: la muerte de un hijo. Hoy se despacha en El Mercurio esta columna que igual reproduzco más abajo. Hay que tener mucho coraje para levantarse y escribirla en esas circunstancias. Es un dato que probablemente esta columna es de las mejores que se han escrito en El Mercurio en mucho tiempo. Es un dato también que el costo de sacar adelante esta columna es ridículamente alto, y que hubiera sido mejor que la columna no hubiera existido. Yo no sé si la literatura es un consuelo: sé que funciona mejor con dolor que con alegría. Sé también que es inevitable: que si uno escribe, escribe a rajatabla, pase lo que pase. E imagino que estamos hechos de recuerdos y que el pasado, aunque lo neguemos, aunque sea ayer, está en nosotros como si fuera nuestra alma.

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Clemente
Llora por ti tu jardín, que siempre insistías en llamar "mi jardín". Llora el intruso gato blanco y negro, que merodeaba por las tardes y que tú llamabas mi gato amigo. Llora el cerro Manquehue, que veías desde la ventana de tu pieza. Llora la plaza de Almirante Acevedo, alrededor de la cual corrías una y otra vez, como un Forrest Gump de tres años. Lloran los resbalines que te vieron crecer en temeridad y por los que te lanzabas con gozo. Llora la montaña del camino de La Pirámide, destrozada por la construcción de autopistas y a la que decías "pobre montaña". Llora tu nana, a la que llamabas "mi reina", "mi Karencita hermosa", piropero precoz.
Lloran las fuentes de agua, ante las que te quedabas en éxtasis mirando caer el agua, el agua que te asombró más que nada en el mundo, el agua de los ríos, el agua de las llaves de agua de la casa, que abrías sin cesar, el agua del mar, oh, tu locura por el agua, Clemente, toda el agua del mundo llora por ti, y mana en nuestras lágrimas.
Lloran por ti Whinnie the Poo y Tigret y Christopher Robbin, y todos sus amigos, porque en sus libros de aventuras te sentías en familia. Tú eras como Whinnie the Poo, tierno, goloso, amical. Llora por ti tu chupete gastado y fiel, que intentamos vanamente botar tantas veces y que ahora te espera sobre la almohada vacía. Lloran por ti las esculturas del Parque de las Esculturas de Pedro de Valdivia, donde fuimos el día antes de tu partida, a correr, a subir al olmo gigante; llora por ti la escultura del ángel sin cabeza que miraste extrañado, llora por ti la librería Ulises, donde estuvimos esa misma tarde y donde hojeaste libros sobre un sillón de cuero. Llora por ti el libro de "Willie, el oso", que te regaló esa tarde Benjamín, el librero, y que no alcancé a leerte.
Llora la escalera de madera de nuestra casa, que bajaste todas las mañanas de tus días. Llora el espejo del baño hacia el cual te empinabas para mirarte, como si fuera extraño tu propio rostro, oh, hermoso, demasiado hermoso para durar aquí, al otro lado del reflejo. Llora la canción "Cangrejito" del grupo Zapallo, que bailaste tantas veces y querías volver a escuchar, pero que se perdió en algun rincón de nuestro bello desorden. Llorará la lluvia en invierno cuando no te encuentre debajo del panel de vidrio, mirándola gota a gota. Lloran los caballos del Club de Polo que siempre venías a espiar. Lloran los cuadros de Santos Guerra que cuelgan de nuestras murallas, y el pueblo de cuento y sus personajes a los que saludábamos como si fueran reales, el hombre del paraguas verde, tus amigos al otro lado del sueño. Llora la playa de Wailandia, donde corrimos mojándonos los pies con las olas, qué fiesta, qué gritos, qué risa. Lloran las gaviotas que pasaban por ahí, llora el restaurant Caleuche, donde fuimos a ver la puesta de sol con Angélica y Laura, llora el rayo verde que nunca se hizo ver. Llora el Estadio Santa Rosa de Las Condes, donde apenas empezabas a ir a clases de fútbol, estadio que desaparecerá, como desaparece todo y todos, porque somos un duelo sin fin. Llora el Parque Forestal donde naciste, llora la calle Ismael Valdés Vergara. Lloran los taxis en los que te gustaba que te llevara en las mañanas a tu jardín. Lloran los tres cojines que tú mismo instalabas obsesivo, hasta que quedaran perfectos (y tu decías "perfecto"), adonde posabas tu cabecita llena de rulos para tomarte tu mamadera. Todos lloran, también tu piscina amada, que te vio, dichoso, nadar, ¡cómo llora desconsolada! Lloran las cosas que tocaste, los lugares donde anduviste, y lloramos nosotros, ya sin lágrimas.
Entonces, ¿por qué ríes, por qué tu cara pura de niño muerto insiste en reír, mientras todos lloran sin consuelo? ¿Por qué ríes, Clemente, amor mío, dolor nuestro?

20071224

Una no tan mala navidad para la U


Colo Colo salió campeón. Por cuarta vez.

Algunas ideas al respecto.

1. Eventualmente nosotros también. Tengo fe.

2. Tengo fe en el sistema, por primera vez. Si caen lucas, eso se va a notar en la cancha, no como antes.

3. Tengo menos fe en volver al estadio. El nuevo sistema no está preparado para lidiar con la lumpenización del fútbol. Tampoco lo estaba el anterior. Mientras el negocio funcione, la delincuencia seguirá en los estadios, porque no hay incentivos económicos para que los clubes se hagan responsables del tema. Y pese a que ir al estadio hoy por hoy es un riesgo, el negocio sigue funcionando: no es en el aforo donde están las lucas. Solo si existe un castigo institucional relacionado con delincuencia que vaya al bolsillo de los clubes, esto va a cambiar, si no no. Me imagino una class action por servicios no prestados: contra la ANFP específicamente. No puede ser que uno vaya a ver un partido y le tiren un piedrazo en la cabeza.

4. Me gusta que la U juegue moralmente de chico a grande. En su historia es lo que más le acomoda. Y como más se saborean los triunfos.

5. La U necesita un estadio propio. Pero antes, hay que solucionar el punto cuatro.

20071221

El hombre que coleccionaba comienzos de novelas 2

Harry abandonó la librería con la cabeza abombada. Era una tarde pegajosa e idiota de mall. Al principio odiaba esos centros comerciales. Luego, cuando toda la izquierda los odió, él comenzó a amarlos. Esos infelices hijos de la condenada puta que no leían ni los grafitis de los meaderos le parecían más inocentes que todos esos condenados compañeros suyos que predicaban la lucha de clases y hacían gárgaras con los pobres y la construcción del país.
Cansado del cinismo, había intentado encajar, vaya que había. Se casó con una princesa de mall y luego el hastío lo había derrotado. Era una virginal criatura que tomó el matrimonio como un breve noviazgo y siguió adelante, a territorios más calurosos y fértiles.
En esos años Harry había intentado pensar, como todos, que la literatura era una mierda, que ganar dinero era un arte y que la moral era un obstáculo en la larga carrera que Pinochet y la Concertación habían impuesto al país. Por un momento, unos años, unos siglos, se dejó engañar con la dulce felicidad de la ignorancia. Pero al final esos brillantes técnicos que se posgraduaban en las tumefactas ciudades yanquis, esos herméticos sabios que parecían transformar en oro todo lo que tocaban, esas profetisas de abdómenes planos y pechos parados como cohetes hacia Plutón, esa sabiduría contenida en las pocas hectáreas del barrio alto de Santiago, no le llegaban ni a los talones a una buena novela, a la técnica para construirla, a la sangre que había que derramar para verterse en una historia.
Harry respiró hondo. La había cagado y no había nada más que hacer. Estaba muy viejo, muy huevón, como para empezar de nuevo.
Pero si tuviera en sus manos una vida bullente, como la que él tuvo hace treinta años. Si pudiera enderezar a una versión moderna de él. Ah, qué historia sería esa.
Una muchacha de unos 18 años, una princesa guerrera de las noches que en las tardes se hacía un sueldo con un estrecho vestido y una minifalda, le alcanzó un papel que Harry se negó a recibir.
-Gracias -dijo, despectiva, la muchacha.
-¿Gracias por qué? -reaccionó molesto Harry-. No te he hecho ningún favor. No quiero hacerte ningún favor. No me des las gracias.

20071220

Leyendo en el auto

Quise sacarle una foto con el celular, pero me quedó muy lejos. En un taco de la costanera, un tipo que conducía una camioneta Ford verde-azul, no de las más grandes, iba leyendo el diario. Tal cual. Tenía el diario sobre el manubrio y leía. Cuando tenía que avanzar cinco metros, lo hacía y seguía leyendo. Otros cinco metros, lo mismo.

20071219

Michael

Me gustan los Jackson 5. Creo que Billie Jean es una canción excepcional. Sostengo que Thriller no era tan buena, pero se defendía. No me caen bien los pedófilos y creo que Michael Jackson hoy por hoy está loco. Pero también me parece una hijoputez presentarlo con la cara desfigurada, como todos los medios lo hicieron hoy. Esto es un linchamiento. Si cometió crímenes que vaya a la cárcel (no lo ha hecho) o que alcance acuerdos extrajudiciales (que sí ha hecho). ¿Por qué transformarlo en el payaso del mundo? ¿Por acostarse con niños o por haber querido ser blanco?
Acá un recuerdo de los viejos y buenos tiempos (no para él, parece).

20071218

el editor




En el New Yorker: un artículo sobre la compleja relación entre Raymond Carver (a la izq.)y el editor que lo lanzó a la fama y de paso lo rescató del alcoholismo: Gordon Lish (a la der.).
Según la revista, Lish habría sido el hombre que, ocupando mucho lapiz rojo para tachar la sobreescritura, transformó a Carver en "minimalista": es decir, lo dotó del estilo que le dio los primeros fans al maestro.
Carver tuvo una relación casi de hermano con Lish: confiaba plenamente en él. La relación al final se fue enfriando y el artículo desentierra una carta de Carver a Lish en la que, temeroso de perder la amistad, pero tal vez cansado de "no ser él", Carver sugiere a su editar congelar el proceso de edición nada menos que de "De qué hablamos cuando hablamos de amor".
La relación no terminó bien. Tess Galagher (izq), la viuda de Carver, sostiene que Lish comenzó a tomar mucho crédito por la calidad literaria de su editado. Lish hoy no habla del tema.

20071210

Un libro hecho pedazos

El libro -físico, material- en que estoy leyendo "Crimen y Castigo" se está cayendo a pedazos. Es una edición de bolsillo en inglés (Pengüin), de los años 60, traducida por David Magarshack, que compré hace muchos años en la librería inglesa que hay en la galería El Patio en Providencia. Tenía la firma, imagino, del dueño original, pero hace unas semanas esa página se cayó y se perdió irremediablemente. El libro hede a viejo y a polvo, y no ayuda a combatir mi alergia precisamente, y cada semana pierde una página o dos porque lo leo cuando ando en Transantiago, lo que es un efecto colateral e inesperado de nuestro caótico sistema público. Es un libro rayado en partes interesantes por el dueño anterior. ¿Cómo llegó a Chile? ¿Qué extraño viaje hizo? ¿Quién lo habrá devorado por las calles de Santiago? Espero que sobreviva a mi lectura, pero así como se le están cayendo las páginas, no creo que ocurra.

20071207

20071205

Carrera por el poder

Estimados. Inicié un experimento, a ver qué resulta.
Es un blog sobre política chilena.
La idea es centrarme más en símbolos y estrategias que en noticias duras.
http://carreraporelpoder.blogspot.com
Supongo que no habrá más post políticos en este blog: pasarán todos al nuevo.
Gracias.

20071204

Desde Rusia con amor

"¿Dónde fue?", pensó Raskolnikov, "donde leí de un hombre sentenciado a muerte que, una hora antes de su ejecución, dice o piensa que si tuviera que vivir en una gran roca, en un acantilado, en una superfice tan estrecha que sólo hubiera espacio para que estuviera parado, y si hubiera barrancos sin fondo alrededor de él, el océano, oscuridad eterna, soledad eterna y eternos vendavales, y si tuviera que pasar toda su vida en ese metro cuadrado de espacio -mil años, una eternidad-, él preferiría vivir así que morir de inmediato. ¡Oh, sólo vivir, vivir, vivir! ¡Vivir bajo cualquier circunstancia, sólo vivir! ¡Qué cierto es! ¡Buen Dios, qué cierto es! ¡El hombre es una basura! ¡Pero cualquiera que llame a un hombre basura es una basura mayor él mismo!", añadió un momento más tarde

20071203

Chile, Chávez, Bolívar


Si Hugo Chávez es el sucesor de Bolívar, bueno, hay que decir que Bolívar nunca tuvo buena prensa por acá en Chile.

Bernardo O'Higgins estuvo muy feliz cuando San Martín tomó Lima en julio de 1821, pero le duró poco. Pero menos de un año después, San Martín, cansado de enfermedades y guerras, en la entrevista de Guayaquil, dejó la pista libre para que fuera Bolívar el que culminase la guerra contra el rey en Perú. Para enero de 1823, cuando O'Higgins marchó al exilio al Perú, Bolívar era el hombre fuerte, y Bernardo intentó -infructuosamente- participar en campañas militares del ejército colombiano-venezolano.

Hasta aquí ningún problema, salvo que Bolívar tenía cierta agenda con Chile: quería hombres y armas, que tenían que ser provistos por los enemigos de O'Higgins (así que no podía hacerle muchos arrumacos al exiliado general); y quería a Chiloé, en rigor el último bastión realista, que Chile había fracasado en incorporar a la naciente república y que en la práctica siempre había dependido del Perú. La cercanía de O'Higgins con el venezolano y las ganas que Bolívar tenía por Chiloé lo transformaron rápidamente en enemigo de Chile.

Cuando Chiloé fue finalmente subyugado por la administración Freire, Bernardo se dejó convencer para participar en una supuesta revolución contra su antiguo camarada que partiría justamente en la sureña isla. Aparentemente, los o'higginistas, para asustar al gobierno chileno, hicieron correr la voz de que Bolívar apoyaba la asonada, y que estaba dispuesto a enviar desde Perú a 4 mil colombianos para instalar al exiliado líder en el poder. Esto fue la gota que rebalsó el vaso. San Martín -un extranjero- había instalado a O'Higgins, ¡y ahora Bolívar pretendía hacer lo mismo? La ola anti-Bolívar fue creciendo. Cuando la revolución chilota fracasó y todo el plan se fue al demonio, Bolívar y O'Higgins no eran precisamente vitoreados en Chile.

Desde luego que para Bolívar la fórmula de enviar 4 mil hombres a Chile para conseguir 4 mil que lo ayudaran en la guerra en Perú no tenía sentido, y después de esto Bolívar no se preocupó realmente más de Chile, salvo para invitarlo al famoso congreso de Panamá en 1826 en el que pretendía crear una liga de países hispanoamericanos. Chile no se dio por aludido. No envió representante alguno.

He ahí lo "bolivariano" que es Chile.