20060826

¿Debe la "U" llamarse "Universidad de Chile"?

El fanatismo por la "U", el equipo de mis amores, es un producto de los años sesenta. Con la aparición del "ballet azul", ese conjunto que en diez años ganó cinco campeonatos, y que era liderado por figuras como Carlos Campos, Rubén Marcos y Leonel Sánchez, que ya son parte del panteón azul , emergió un nuevo tipo de hincha. Equidistante del popular y obrero Colo-Colo, y del cerrado ABC1 de entonces representado por la UC, el partidario de la U provenía de la legión de gente relacionada de alguna forma con la entonces omnipresente y poderosa Universidad de Chile. Eran estudiantes, académicos y/o funcionarios de la universidad que se ponían con plata para el club de la manera en que hoy los mineros de Chuquicamata financian a Cobreloa.

A nivel simbólico la Universidad de Chile de entonces representaba el escaso pero eficiente método de ascenso social. "La Chile", una universidad pública y gratuita, monumental e influyente, acogía en su seno a pocos, pero no discriminaba más allá de exigir una educación secundaria completa y algunas competencias básicas para el ingreso. Por una matrícula que hoy sería considerada irrisoria, "La Chile" dio la oportunidad a miles de chilenos de pasar de ser más que sus padres. Fueron, gracias a esta institución profesionales hechos y derechos: abogados, médicos e ingenieros que dejaban sus pueblos y se establecían en Santiago, Concepción, Valparaíso o en el extranjero. En el pequeño país de entonces, "La Chile" era el sueño chileno.

Y la "U", su equipo de fútbol profesional, brillaba. Si no salía campeona, salía segunda. Si no salía segunda, jugaba mano a mano con el Santos de Pelé o conformaba la base de jugadores para que la selección saliera tercera en el mundo. Tenía los recursos y esos recursos eran, al final del día, del fisco, pero a nadie parecía importarle: casi todo el país era del fisco entonces.

En los setenta el país -como todos sabemos- cambió. La Universidad dejó de tener la importancia de antes y el ascenso social se ligó a dos entidades que, hasta entonces, sólo tenían que ver con los "porros" a los que no les "daba la cabeza": el ejército y la empresa privada. La Universidad vio, aferrada con los dientes a un universo que se desmembraba, como esos dos mundos fueron exitosos y permitieron, en una escala mayor que lo que la propia universidad había logrado, el ascenso social. El vínculo sentimental entre las personas y los equipos dejó de depender de factores extra futbolísticos y se centró solamente en la "eficacia" de las instituciones deportivas. Las odiseas de Cobreloa en la Copa Libertadores de comienzos de los ochenta (de igual a igual con el Flamengo de Zico y compañía, por ejemplo) y la obtención del máximo trofeo continental que logró Colo-Colo a comienzos de los noventa fueron factores que acarrearon multitudes de niños y jóvenes que no siguieron al equipo del padre. Con la excepción de Cobreloa, el ascenso instucional de los clubes de Santiago determinó la casi absoluta pérdida de fanáticos para los equipos de provincia. Después de que Everton de Viña del Mar se hiciese del título 76, tuvieron que pasar décadas para que un club que no fuera Cobreloa ni de Santiago ganara el campeonato (lo hizo Wanderers de Valparaíso el 2001).

Mientras el país cambiaba, la "U", el equipo, se sumergía en un letargo de 25 años sin obtener campeonato alguno. La Universidad de Chile fue intervenida por los militares, y el club cobijó a célebres funcionarios de Pinochet -el más ilustre de todos, el abogado y "fiscal antiterrorista" de la dictadura, Ambrosio Rodríguez, presidente de la Corfuch a fines de los ochenta-. Con planes elefantiásicos de construir un estadio, la "U" fue decayendo y la universidad se distanció totalmente del equipo de fútbol y lo apartó de su rama deportiva. Tenía demasiados problemas de caja como para estar financiando un equipo profesional... que no ganaba nada nunca.

Se creó entonces la "Corfuch", la "Corporación de Fútbol de la Universidad de Chile", que "de" la universidad no tenía nada más que el nombre. La democracia llegó y encontró a la "U" en la segunda división, y vio el advenimiento de una nueva barra que le hacía el peso a la "oficial" (en honor a la verdad, de "oficial" tuvo harto, pero no apoyó jamás a Ambrosio Rodríguez): eran "Los de Abajo", un grupo de fanáticos que se fogueó en los potreros y que importó la última moda rioplatense: ver el partido de pie y sin callarse nunca.

La revolución que comenzaron "Los de Abajo" (LDA) llegó a la dirigencia con la elección del doctor René Orozco como presidente de la Corfuch. Orozco, un médico nacido y criado en la universidad, que apoyó a Pinochet al principio pero que para comienzos de los noventa era un furibundo detractor del aún poderoso general y eterno candidato a recor, alcanzó el mando prometiendo una suerte de regreso a la relación entre la universidad y el club. Era cierto que legalmente la Corfuch no era parte de la Universidad de Chile, pero ¿qué mejor que un candidato a rector para dirigirla?

Con un tezón y porfía formidables, Orozco confió el proyecto deportivo a un viejo conocido: Arturo Salah, un ingeniero químico que fue dueño de la punta izquierda del ataque azul durante los ochenta. Salah sentó las bases deportivas para lo que vino después de la mano de Jorge Socías (el eterno "8" ochentero) y el argentino Miguel Angel Russo: los títulos del 94, 95, la semifinal de la libertadores 96 y el bicampeonato de 1999 y 2000 (sorprendentemente, el paso de la U a la segunda división fue encabezado por el hoy popular y exitosísimo Manuel Pellegrini, que entonces hacía sus primeras armas como técnico. En sus años de jugador -defensa central- la barra lo molestaba con el sobrenombre de "Peligrosini"). Además, el semillero de esa U encontró y formó a quien es quizás el centrodelantero más grande que ha tenido el fútbol chileno: Marcelo Salas.

Los triunfos de la U noventera y la figura de Salas que jugaba en Argentina y en Italia actuaron igual que antes lo hicieron las proezas de Colo Colo, la UC y Cobreloa. Muchos nuevos hinchas, mucha plata nueva, mucha ambición. Orozco manejó el timón con mano de hierro, con una conducción autoritaria en que toda rebelión era aplastada. Forjó también una sólida relación con Los de Abajo, relación que sirvió para darle al presidente de la Corfuch una suerte de guardia de corps (o más bien tontons macoutes) forjada en la entrega de, al menos, entradas para los partidos y otras prebendas.

Los De Abajo no eran los hinchas de antes, ciertamente, que sacaban pañuelos blancos para celebrar los goles. LDA funcionaban también fuera del estadio y en los días de semana. Entregaban identidad a jóvenes de todos los sectores, especialmente a aquellos en riesgo social. La relación entre LDA y la vida lumpen no se hizo esperar. Los enfrentamientos con la Garra Blanca (la barra brava de Colo-Colo, el eterno rival) fueron muchos y llegaron a la sangre. Los De Abajo se transformaron en algo paralelo o que incluso superaba a la propia "U", y lo que antes era una fidelidad abstracta a un equipo de fútbol, se transformó en obligaciones y códigos de honor pandillescos.

Orozco trató de disminuir la tendencia delictual de Los de Abajo con programas de inserción social como la Escuela Libre, pero a la vez el club traspasaba dinero y otras prebendas a dirigentes de LDA que asumieron su rol como un empleo y no como un hobby y que no abandonaron la violencia. El presidente de la U fue acusado siempre de mirar para el otro lado cuando había problemas policiales. La mayor parte del tiempo, los dirigentes de LDA eran "muchachos desorientados" para él.

El club volvía a estar entre los grandes. "Grande como fue el ballet", cantaban Los de Abajo. Pero "como fue el ballet" solamente en las canchas, porque la vieja estructura mítica de la U se había perdido para siempre. El equipo que representaba el sueño del profesional que se iguala a los viejos dueños del país a través de la mancomunión del apoyo del fisco y su esfuerzo personal, en los noventa era simplemente un lindo recuerdo o derechamente un despropósito. "Los de Abajo" reverenciaban una estructura mítica de guerra y de piedras, de afirmación de poder dentro del gueto: un conflicto gangsteril con cuchillos y violencia que buscaba establecer "quien es más hombre" o "de quien es esta esquina". La U antes reflejaba a la sociedad civil que luchaba por sobrevivir. Con Los de Abajo reflejaba al presidiario que lucha porque no lo maten.

El relato mítico que tuvo la U en los sesenta ya no estaba ahí: estaba, en rigor, en la Católica, el equipo que, bajo el ala de la universidad homónima, ganaba pocos títulos pero mantenía una imagen de orden y eficiencia dentro del caos de los ochenta y noventa. Y la Universidad Católica misma también había cambiado: ya no era el feudo de los hijos de los latifundistas, ni la pechoña defensora de la Iglesia Católica ante los embates masones, sino una institución que captaba según meritocracia. ¿Iban a ella los hijos de los pinochetistas? Sí, pero al final del día eso poco importó. Era cara, sí, muy cara, pero valía la pena pagar por educarse allí. Las familias doblaron el esfuerzo y si al hijo o hija "le daba", lo enviaron a estudiar allá, donde no había huelgas ni paros y la gente "estudiaba de verdad". La "Cato", con su estadio pegado a la cordillera, como si quisiera escaparse de una ciudad en la que imperaba el caos, transmitía un mensaje fuerte pero claro: no somos picantes, no queremos serlo, únanse a nosotros. Podemos empezar a construir desde cero un país que ignore el desorden en el que vivimos cuando estamos más abajo del Apumanque.

La escandalosa quiebra de la "U" ha sido la gota que rebalsó el vaso en la relación con la Universidad. ¿Lo es? Me da la impresión de que la Universidad de Chile aún tiene este relato de sí misma que era válido en los sesenta, pero no lo es hoy. Sin embargo, ha actuado de una manera totalmente indiferente durante las últimas décadas con respecto al destino del club que lleva su nombre pero que "no tiene nada que ver con ella". Mi impresión es que, en estricto rigor, "la U" es hoy, en términos semiológicos, un equipo más. Sus variantes simbólicas tienen más que ver con el lumpen que con la sociedad civil que una vez representó. Sin embargo, la Universidad de Chile tampoco es lo que fue. Hoy el ascenso social no se da solo a través de ella: es más, ella exige los mismos requisitos de ingreso -monetarios- que todas las otras. No me da a estas alturas para ser hincha de la UC, voy a seguir fiel a la U hasta que me muera y espero que me entierren con la bandera sobre el ataúd. Pero mis anclas con la U hoy tienen que ver con la nostalgia. La "U" no representa nada vivo hoy, salvo su propia y egoísta circunstancia. Un nombre como "Los de Abajo" sería mucho más apropiado a la realidad.

17 comentarios:

Anónimo dijo...

que grande, alf. por fin alguien normal. al menos uno que entienda, razone y argumente con alguna seriedad en torno a la realidad azul. te felicito. supongo que muchos de los antiguos hinchas de la U piensan lo mismo que tú. y, sino, son unos pelotudos. mucho "bulla", mucha "alma azul", mucha "historia" y poca realidad: esa U que todos conocimos se la pitiaron, se la robaron y la basurearon hace mucho rato. ya no existe. y, para lo que venga, al menos yo prefiero a "los malditos empresarios" controlados por la Superintendencia en una SA que a esa nefasta concomitancia de malos dirigentes, ladrones y lumpen que terminó por quebrar a la institución.

Jorge Enrique Díaz Pérez dijo...

Primero que todo confieso que soy de la UC.

En efecto, es un muy bien documentado y argumentado post. El tema es saber ¿dónde, en qué momento (como en Conversación en la Catedral ¿no?) se pudrió todo?

La U debe ser el equipo que más hinchas lleve al estadio (entren gratis o no) y ese es un valor que no fue bien tasado por los dirigentes de turno. Lo mismo que esta raigambre de la que hablas con la universidad.

No creo que LDA sean el problema, pero sí son una parte importante de él.

Igual, ahora no sé qué tan productivo sea decir tal o cual fueron los culpables. Ahora, como si se tratara de una encrucijada shakespereana, hay que pagar o morir y si el rector no quiere ver al club de fútbol como sociedad anónima, nació un nuevo problema en la maleta del romántico viajero...

Saludos,

ahoratodostusolo dijo...

Estimado:

Concuerdo sólo parcialmente con tu planteamiento. Yo viví el "sueño chileno" a que haces referencia en los '90s, en derecho. Te aseguro que la Universidad Católica no era alternativa para que un hijo de "nana" con casi 800 puntos en todo pudiera lograr terminar una carrera como dios manda. No sólo las becas y facilidades hacen la diferencia, también es importante que una vez en el aula te tomen en serio y el profesor no solamente hable con aquellos que están a tu derecha y a tu izquierda pasándote por alto por tu apellido y apariencia.

Por otra parte, el equipo se desvinculó unicamente de manera formal de la Universidad, el vínculo ideológico no se ha perdido del todo. Es cierto, los tiempos hoy son muy distintos y lo que significó en su momento el apego a la idea de una educación abierta, pluralista, gratuita difícilmente puede abordarse hoy como se hacía en los '60s. Pero, en términos más amplios, sólo la "U" identifica hoy en serio, en la cancha y el la galucha, el pluralismo, la apertura y la rebeldía frente a un mounstruo neoliberal, que vendría siendo la continuación lógica del espíritu de los tiempos del ballet.

Ahora, evidentemente "Los de Abajo" no son niños de pecho, no son ingenuos ni pacíficos. Pero asumir la imágen que difunden los medios, que sólo destacan lo que "vende" no me parece razonable. Todavía gente muy valiosa forma parte de sus filas, todavía trabajan en iniciativas interesantes. Por lo que toman, fuman o rompen no es justo juzgarlos, sobre todo considerando que por algunos de ellos no me parece correcto crucificarlos a todos.

En lo que más discrepo de lo que planteas, es en el certificado de defunción que pretendes exhibir. No todo está perdido. La brújula puede recuperar su norte, en la medida que todos quienes se dicen azules hagan algo al respecto.


Rabintensamenteazul.

Anónimo dijo...

ahoratodos:
1. Ojalá me equivoque, desde luego.
2. Respecto a la UC. Entiendo lo que dices y me parece que puedo haberme expresado medio ambiguo en el post. No creo que la UC ejercite el ascenso social de la misma manera que la U de Chile lo hizo en el pasado. Sin embargo, me parece un dato objetivo que la UC sí se abrió a más personas en las últimas décadas -desde luego, no por "buena onda", sino porque en general hubo recursos en la sociedad para que más personas ingresaran a ella. Ahora, en lo subjetivo, me parece que el sueño del ascenso social -el sueño, ojo- hoy lo encarna más que ninguna otra universidad la UC. Antes la U preparaba para trabajar, progresar y vivir en el fisco, que era lo que la llevaba. Hoy la UC hace lo mismo con la empresa privada.
Desde luego, sigue siendo una universidad elitista, pero todas lo son.

Cristian dijo...

Aun asi, prefiero pensar con el corazón y no con la cabeza en este tema: no quiero ver que la U se convierta en S.A. ya que si lo hace, la Universidad le quitará el nombre y habrá que empezar desde tercera división.
Yo soy de la generación de los "hijos" del ballet. Mi viejo me hizo hincha, y pasé muchos años viendo al equipo no ganar nada, y además bajar a segunda. Si, es probable que ya no represente los ideales de la Universidad, pero hay mucha gente que se identifica con ese nombre y esos colores, cambiarlos sería una falta de respeto a muchisima gente que lleva años apoyando al club. Y no estoy de acuerdo con eso que LDA sería un nombre más apropiado. Creo que de los millones de hinchas de la U, solo una pequeña porción pertenece a ese grupo.

Bueno, todo se decide el 8 de septiembre, donde la Universidad decide si aprueba la propuesta que se generó hoy o ayer para la administración del club.

Ah, en la frase "a quien es quizás el centrodelantero más grande que ha tenido el fútbol chileno: Marcelo Salas", el quizas está de más. Lo es.

Saludos.

Anónimo dijo...

Cristian, no estoy a favor de las SA ni tampoco en contra, hay que ver lo que más conviene. Sin embargo, hay que tener en cuenta que la "fórmula Colo Colo" es una sociedad anónima al fin y al cabo: existe una entidad "prístina" (Colo Colo) que entrega su administración durante una cantidad determinada de tiempo a una Sociedad Anónima llamada Blanco y Negro... ¡que cotiza en bolsa! Es decir, Colo Colo no es SA "total" solo por un asunto semántico y de todos modos no puede desligarse de Blanco y Negro.
Me parece, eso sí, que la discusión sobre las SA fue politizada por Orozco y el tema quedó como "SA"=mercanchifles, "no sé qué otra alternativa"=el bien. No es así. De partida... ¿cual es la otra alternativa? ¿cómo piensa la U hacer frente a sus obligaciones con los acreedores? Con toda franqueza, más allá de la SA, no he escuchado ninguna alternativa, e insisto en que Colo Colo ES una Sociedad Anónima por donde se le mire.
Lamentablemente pocos hinchas se han dado cuenta de que la Corfuch quebró amigo: quebró. Eso en otro mundo significa que se vende todo y se cierra el negocio. En el fútbol no porque conviene seguir funcionando. Pero la U no existe hoy porque sea "popular", sino porque los acreedores creen que la única manera de resarcirse es a través de la existencia del club. Y pensar que eso es igual a que las cosas sigan igual... bueno, no quiero ofender a nadie, pero no es así.

Anónimo dijo...

Afortunadamente, a la historia triste que cuentas le falta el final y quizás allí exista un atisbo de salida.

Anónimo dijo...

Soy del Colo y quiero que la U siga existiendo en primera. La u y el Colo se retroalimentan para ser "grandes".

Dicho esto... De verdad pienso que a Los de Abajo les interesa la plata más que la camiseta. Más que a Los de Abajo, a los líderes de la barra les interesa la plata más que la camiseta. Venden la pomá del amor a la U para seguir tranquilos con su negocio. Y el resto de la hinchada los sigue como ratones al flautista. Si la U es SA se acaban Los de Abajo como empresa, la plata se va para mejorar sueldos y traer mejores futbolistas y no para darles un sueldo (alto) a estos "hinchas". Lo que importa, como casi siempre pasa, es la platita.

ahoratodostusolo dijo...

Alfredo:

Un pequeño dato:

http://diario.elmercurio.com/2006/09/09/deportes/_portada/noticias/16E34422-2434-459D-941C-CB485BCD727A.htm?id={16E34422-2434-459D-941C-CB485BCD727A}

Marcos dijo...

Estoy de acuerdo en la mayor parte de las cosas que planteas. Muchas de ellas, de hecho, nunca me las había planteado con tanta claridad. Eso sí, discrepo en el final, cuando dices que la U es en este minuto un equipo igual que cualquier otro.
Creo que no es así. Si bien es cierto que el club ya no tiene nada que ver con la casa de estudios, la U es y seguirá siendo un equipo distinto a los demás. Y creo que es así producto de sus hinchas precisamente.
Siento al ir al estadio todos los fines de semana y al ver a los demás equipos por el CDF que es el club que mayor pasión despierta entre sus seguidores, el de la hinchada más fiel (y ojo, que no me refiero sólo a LDA, sino que a los que vamos a galería y nos sentamos al ladito).
No sé si esto servirá de algo -más allá de que es mucho más entretenido ir a un partido en el Nacional que en otro estadio de Chile-, pero siento que esto es motivo suficiente como para afirmar que la U no es un equipo más entre los 19 (!!!!) que juegan actualmente en Primera.

Ernesto Lobos dijo...

Marcos, creo que TODAS las hinchadas y sus parciales se ven como las más fieles, que sienten que lo más lindo es su estadio.
Te lo dice alguien que fue a ver a un equipo de segunda varios años al estadio, hasta que ya no existió más. Esa era la hinchada más fiel de todas.

Anónimo dijo...

LLegué tarde al debate...Difiero en aquellos que piensen que ser S.A. significa que habrá transparencia y buena gestión, eso quedó claro en la liga Italiana y el descenso de Magallanes.
Sobre Los De Abajo,sabemos que el Profesor Anarquia y sus amigotes lucran, muchos de los que tienen "Piños" y se ponen en los paravalanchas son lumpen. Pero hay personas que sí pertenecen a LDA y que sin regalarles las entradas son parte de la hinchada. Y ojo... que a quienes les regan las entradas eran a los líderes para que ellos las vendieran.Y desde que llegó el sr. Sindico ya no se venden entradas socio-barra y la puerta 14 sigue llenandose.

Anónimo dijo...

Con el paso del tiempo, la gente que sigue de la U ha ido cambiando y como no si la vida asi lo ha hecho,
Ahora quizas tambien han cambiado un poco los ideales, pero la escencia azul sigue siendo la misma, quizas nosotros no crecimos con el ballet, como tu, ni con la relacion directa con la verdadera universidad de chile, pero si con el recuerdo y la nostalgia de nuestros padres bullangueros, vivimos y crecimos ante las burlas de todos, por que la U no era nada (segun ellos) y caia a segunda, pero seguimos fiel a nuestro sentimiento, vi a los 8 años a todos celebrando en la calle, para la libertadores del indio, y me fui a acostar para no contaminarme con el exitismo,
claro que la U ha cambiado, asi tambien su gente, llegaron exitistas tambien con los buenos tiempos, llego gente a pasarla bien en la cancha no ha apoyar con la garganta para que nuestro equipo gane, pero seguimos siendo muchos, los que sentimos a la U bien adentro y que, no tenemos nada que ver con las ansias de entrar a la universidad y ser mas que nuestros padres, y si respetamos la historia que nos une a la universidad de chile,
Es por esto y tambien, por que lei "sangre azul" que no comparto en lo mas minimo que compares a la verdadera U segun tu con la fria y cagona "use" de hoy en dia, y dejaras la nostalgia de lado y te cambiaras de vereda, que la nostalgia quede solo para ti, pero no para confundir a la U,
Nunca seremos un equipo mas, la U es distinto a todos y siempre lo sera, aunque con esta nueva administracion se corre gran peligro, ojala se hagan las cosas bien y se respeta a los verdaderos dueños de la U, que no es la universidad ni heller, sino que su gente luchadora y fiel como ninguna.

aguante la U, que no muere

Alfredo Sepúlveda dijo...

César, agradezco tu interés en el post. Creo eso sí que interpretas de una manera distinta a mí algunos párrafos. No he comparado a ambos equipos de fútbol, sino a la entidad universitaria llamada "Universidad de Chile" y su manera de funcionar en los años 60 y 70, con la entidad universitaria llamada "Universidad Católica" actual. En un comentario anterior corrijo cierta ambigüedad que hay sobre esta comparación en el post.
Tampoco me he cambiado de vereda, tal vez estás interpretando mi cuento "Sangre Azul" como que yo hiciera una apología de la pasión que lleva a la muerte: no fue mi intención entonces, no lo es ahora. Es un motivo literario tremendamente bueno y que conozco de cerca, por eso lo usé aunque el cuento tiene 10 años de vida y es evidente que he cambiado desde entonces, supongo que me he puesto más viejo y menos apasionado.
Ojalá que no seamos "un equipo más", pero con todo respeto, en el momento de postear lo anterior, me parecía que sí lo éramos: hay que ver si el formato SA logra revertir las cosas. La verdad yo no veo cortocircuito entre una U con dueños y la pasión que desata, considero que este ataque a la "U" SA es ideológico, no el producto de un análisis. Aún es temprano para saber si el formato SA nos va bien o mal, pero por lo menos una pésima administración sale cagando del club, o el club se vende a otro dueño que puede mejorar las cosas, en vez de soportar años de robos y chanterías de dirigentes apernados en honor a la falacia de la "corporación sin fines de lucro".
No entiendo por qué dices que "confundo": el post está escrito con datos históricos, mis opiniones solo van al final, y la historia de la U es esa: un equipo que fue parte de la Universidad, luego fue una corporación falsamente "sin fines de lucro" amparada en el Pinochetismo más radical, luego fue el reducto de un jefe personalista y autoritario al que le salieron las cosas bien al principio y mal al final y después quebró entre otras cosas por aceptar que los trabajadores del fútbol no merecían imposiciones previsionales, cosa que además de chanta, no me parece muy "de izquierda", si es que la U representa esa sensibilidad, así que no sé por qué me acusas de confundir a las huestes azules.
Está bien que quieras seguir adelante con tu pasión e idealismo, y estás en todo tu derecho de ignorar la información objetiva que no te simpatiza, pero no me acuses de "confundir": acúsame de querer alertar e incomodar a los que como tú quieren seguir "confundidos".

Anónimo dijo...

Alfredo:
Es un honor debatir contigo,
Bueno lo que quise explicar y quizás no le di enfásis o mi "fanatismo" me cegó el objetivo, fue básicamente que, los motivos o las razones del ser hincha de la U son distintas a las originarias y que tu muy bien describiste en esa relacion implicita con la universidad, ahora bien hoy en día no existe ese motivo paralelo de ser hincha de la U y estudiante tambien de "la chile", aunque hay casos obviamente. Yo no estudio en "la chile" y somos mayoria, de hecho quizás la mayoria ni siquiera estudia en una universidad, pero nos une a todos la U, y ser azul no solamente significa ir al estadio, existen valores que se forjaron desde los inicios y se siguieron consolidando con todas las pellejerías que nos toco pasar. Ser azul significa incondicionalidad y romanticismo, pasion y entrega, valores que no se dan con el ingreso a "la cato" hoy, ni a ninguna universidad, sino que son condiciones de vida, que adquiriste quizás con tu viejo cuando te hablo de la U, o cuando llegaste por X motivo al estadio a verla y te diste cuenta que a la U se le apoya MAS en las malas.
En fin quiero explicar que ser de la U es más que el sueño de entrar a la universidad y crecer, es una forma de vida donde lo anterior es una resultante para algunos y siempre lo ha sido, siempre la U se ha caracterizado por la pluralidad y transversalidad de sus hinchas y creo que la respuesta a eso es lo explicado.
En relacion a las S.A. el temor es que al convertirla en una empresa y mirarla friamente como negocio, podria perder lo anteriormente explicado, no me gustaria ver que la U fuera controlados como ejemplo por mexicanos (ya existe colmenares), y que fuera vista por ellos como una plataforma para probar jugadores de sus equipos nacionales, ni me gustaria tampoco ver que promesas azules muy temprano terminen en norteamerica, que se yo, ojala se haga un buen trabajo se invierta en divisiones inferiores, se crea la verdadera ciudad azul donde todos sus hinchas puedan compartir en un ambiente grato de distendimiento y azul por lo demas, por esto y quizás por falta de conocimiento es que me parece riesgoso las S.A no malo ojo.


saludos

Anónimo dijo...

NADA, SOLO FELICITARTE POR SEGUIR TENIENDO LAS IDEAS TAN CLARAS, COMO EL GRAN AMOR POR LA U.

TODOS SOÑAMOS SER ENTERRADOS CON LA BANDERA, Y ASI DEBE SER!!!

SALUDOS DE UN EX PARTICIPANTE DE LA LISTA AZUL!

SLDS.,

ROLO

Pedro Díaz dijo...

Muy buen articulo sobre la Universidad de Chile