Esto es sin llorar
La carta que el presidente Lagos envió a El Mercurio o, mejor dicho, al dueño de El Mercurio, sigue dando la vuelta al espacio y al ciberespacio. Patricio Navia la reprodujo en su blog. Independientemente de si Agustín Edwards publicó algo "privado" o "público", el episodio me motiva las siguientes reflexiones.
1. El presidente podría haber usado el teléfono. Agustín Edwards es un hombre importante, pero no tanto como para derivar una llamada del presidente a la mesa central de El Mercurio y ponerle musiquita de espera.
2. Por más privada que sea la carta, es demasiado. Lagos es el Presidente de la República, no puede calificar de "resumidero" a un medio que publica información sobre sus parientes. No puede hacer referencias a la caca, no sé si me entienden. Sea o no sea una persecusión.
3. Esto es sin llorar. Si eres presidente, por las razones que sean, te van a buscar la caída: porque les caes mal o porque tienes que vender diarios. Lagos ha sido un excelente presidente, ni El Mercurio lo pone en duda. Su talón de Aquiles son sus parientes. No digo que sean unos ladrones. Digo que son su talón de Aquiles: qué les costaba abstenerse de meterse en el fisco. Todos tienen doctorados: podrían haberle evitado dolores de cabeza al pariente si trabajaran en otros lugares.
4. Lagos establece una suerte de división: la tribu de la que El Mercurio es parte, contra la tribu de la que el presidente es parte. No hay tal. Hay una sola gran tribu en Chile: se llama "clase política". Sí, la Concertación es parte de ella. No estoy descubriendo la pólvora al decirlo.
5. Por Dios que es malas pulgas Lagos. Estuvo MAL cuando usó la metáfora del jarrón; cuando le contestó "sobre caliente" al ex presidente boliviano Carlos Mesa en Monterrey y estuvo MAL ahora. Ha sido un gran presidente, nadie lo niega, pero pucha que es polvorita.
Bueno, nadie es perfecto.
2 comentarios:
Hola Alf!
tanto tiempo...
oye, no te pasó además que la carta estaba como mal escrita?
Realmente fue un exabruto de nuestro presidente.
v.
El nepotismo es obviamente una mala cosa. Pero no entiendo por qué el mal genio en un presidente es un defecto si el tipo hace bien su pega. Prefiero que gruña y putee a que tenga la sonrisa Pep de Pinocho que mira-al-final-con-lo-que-nos-salió.
Y debo emitir mi parcial opinión en este asunto y decir que cualquier polémica, lío o cahuín que perjudique o torpedee la estúpida imagen de objetividad que el Mercurio todavía pretende tener me parece okey.
Sería un diario harto más digno si se dejara de tonteras y se declarara el folleto patronal que siempre ha sido.
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