Corríjanme si me equivoco, pero este hombre es la primera estrella seria de la blogósfera chilena... Es el famoso "Chilecomenta". Aquí la última entrega (larga, 9 minutos). El de abajo parece ser un clásico.
Escritor, periodista. "Nuestro Terremoto", el 27/F en la empresa Arauco. "¡Independencia!", siete crónicas históricas de la revolución que nos parió. Ambos en venta en librerías.
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20070529
20070502
Esto está bueno
Lejos, lo mejor que he leído sobre el tema de la Educación en estos últimos meses. Beltrán Mena, el domingo pasado, en Artes y Letras de El Mercurio:
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La Escuela
Las escuelas que conocemos monopolizan los sueños y preparan mal para alcanzarlos. El reciente debate sobre educación expuso un espectro de opiniones amplio sólo en apariencia. Muchas propuestas para gestionar las escuelas, pero ninguna que cuestionara la necesidad de su existencia.
Educación sí, ¿pero por qué escuelas? Las que tenemos son cajas donde entran niños indiferenciados y salen mejor o peor preparados para ingresar a la siguiente caja -la universidad- el resto se desparrama por las praderas y se convierte en cazador recolector. La caja contiene profesores, programas de estudio y computadores (muy importantes, los computadores).
Este esquema se parece mucho a una fábrica e induce a gestionarlo como fábrica: ¿Más demanda? Más fábricas, o más eficientes. Pero mientras creamos que el único que puede educar es un profesor y el único lugar dónde hacerlo es la escuela, estamos condenados a la fabricación de ciudadanos estándar que habitarán un país estándar. La ecuación que exige "educación para todos" y "educación de calidad" no tiene solución bajo estos supuestos. Podemos intentarlo heroicamente, pero no tiene solución.
Estamos perdiendo el talento de los niños que educamos, pero también mucho talento que está fuera de las escuelas y que podría educarlos, que hoy no cuenta con la licencia ni los canales para hacerlo.
Hemos confundido los fines con los medios, educación con escolaridad. Debemos recordar que se educa a un niño para tres cosas: para que sea buena persona, para que sea buen ciudadano y para que desarrolle sus talentos. La ecuación no se resolverá ajustando las variables existentes, si no abriendo grandes puertas en el esquema actual, ideas de gestión que recluten el abundante talento que existe más allá del magisterio
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La Escuela
Las escuelas que conocemos monopolizan los sueños y preparan mal para alcanzarlos. El reciente debate sobre educación expuso un espectro de opiniones amplio sólo en apariencia. Muchas propuestas para gestionar las escuelas, pero ninguna que cuestionara la necesidad de su existencia.
Educación sí, ¿pero por qué escuelas? Las que tenemos son cajas donde entran niños indiferenciados y salen mejor o peor preparados para ingresar a la siguiente caja -la universidad- el resto se desparrama por las praderas y se convierte en cazador recolector. La caja contiene profesores, programas de estudio y computadores (muy importantes, los computadores).
Este esquema se parece mucho a una fábrica e induce a gestionarlo como fábrica: ¿Más demanda? Más fábricas, o más eficientes. Pero mientras creamos que el único que puede educar es un profesor y el único lugar dónde hacerlo es la escuela, estamos condenados a la fabricación de ciudadanos estándar que habitarán un país estándar. La ecuación que exige "educación para todos" y "educación de calidad" no tiene solución bajo estos supuestos. Podemos intentarlo heroicamente, pero no tiene solución.
Estamos perdiendo el talento de los niños que educamos, pero también mucho talento que está fuera de las escuelas y que podría educarlos, que hoy no cuenta con la licencia ni los canales para hacerlo.
Hemos confundido los fines con los medios, educación con escolaridad. Debemos recordar que se educa a un niño para tres cosas: para que sea buena persona, para que sea buen ciudadano y para que desarrolle sus talentos. La ecuación no se resolverá ajustando las variables existentes, si no abriendo grandes puertas en el esquema actual, ideas de gestión que recluten el abundante talento que existe más allá del magisterio
20060824
We do need an education
Los días en que Pink floyd se quejaba de que el sistema escolar formaba solo ladrillos en la pared son cosa del pasado. Es cierto que alguna vez fue así: los ingleses tenían una suerte de sistema de cuotas: tanta cantidad de estudiantes "podían" sacarse la nota máxima, tanta cantidad la que seguía, etcétera. El resultado de este sistema fue un cuatro por ciento de trasvasije de la educación secundaria a la universidad. Hoy esa cifra está en el 43 por ciento.
El Guardian trae una nota sobre la polémica que se ha instalado en Inglaterra con respecto al tema de si los jóvenes están teniendo más exito académico porque las pruebas que les toman se han hecho más fáciles, o no.El gobierno ha desestimado las críticas. Las ha calificado de "elitistas" y ha dicho que en esta época el conocimiento fluye por todas partes: es la diferencia entre correr en una pista antigua, de ceniza, y una moderna. De todas maneras el corredor actual tendrá un desempeño mejor gracias a la pista.
El Guardian trae una nota sobre la polémica que se ha instalado en Inglaterra con respecto al tema de si los jóvenes están teniendo más exito académico porque las pruebas que les toman se han hecho más fáciles, o no.El gobierno ha desestimado las críticas. Las ha calificado de "elitistas" y ha dicho que en esta época el conocimiento fluye por todas partes: es la diferencia entre correr en una pista antigua, de ceniza, y una moderna. De todas maneras el corredor actual tendrá un desempeño mejor gracias a la pista.
20060531
Vial y Brunner sobre la revolución pingüina
Los gurús de educación de la Concertación y la derecha tienen opiniones respecto del tema. Uno, en su columna de La Segunda. El otro, en el diario El Día de La Serena. Vial llama a los estudiantes a no dejarse engañar con un diagnóstico errado de las razones de la mala educación; Brunner ve como imposible atacar el tema de la desigualdad a través de lo que existe ahora en educación.
Algunos highlights:
Algunos highlights:
VIAL
La PSU, puerta de entrada a la Universidad, es la medición de los conocimientos que han adquirido durante su paso por la enseñanza media.¿Y qué conocimientos son éstos? Los CMO (Contenidos Mínimos Obligatorios) que fija el aparato estatal de educación para dicho nivel de enseñanza, y que todos los establecimientos del mismo deben impartir y todos sus alumnos aprender.Ahora bien, los CMO son tan extensos y frondosos, que ningún establecimiento público los puede enseñar completos en el tiempo disponible al efecto (a lo más pasan un 50% o un 75%). Algunos colegios privados llegan al 100%, pero en forma de memorización superficial y vacía. Adicionalmente, los CMO incluyen un gran número de materias perfectamente inútiles (como las ristras interminables de terminachos lingüísticos).Y por supuesto, si no alcanzan a enseñarse los CMO íntegros, tampoco hay espacio para enseñar nada más. Los CMO son un programa único, oficial y obligatorio, monstruosamente hinchado y lleno de materias inútiles o superfluas.
Jornada Escolar Completa:
¿Por qué el muchacho cree que en la segunda media jornada está haciendo más de lo mismo? Simplemente porque le sucede lo mismo que en la primera media jornada A saber: se ABURRE, SE ABURRE COMO UNA OSTRA. Pero no se aburre por la doble jornada, sino PORQUE LA ENSEÑANZA TODA ES ABURRIDA. A causa , desde luego, del insoportable programa oficial que se le impone (los Contenidos Mínimos Obligatorios que veíamos), pero también por otros defectos del modo de enseñar. No es indispensable detallarlos, pues los estudiantes los conocen mejor que cualquier adulto. Pero les falta entender una cosa: que no necesitan la doble jornada para talleres de esto o lo otro, o para hacer deportes, sino para aprender lo MINIMO que necesitan en la vida: el idioma patrio, las matemáticas, nuestra historia, etc. Es el tiempo indispensable e imposible de acortar, aunque queden tareas para la casa.
Derogación de la LOCE
Los muchachos creen que volviendo la enseñanza al control fiscal, mejoraría notablemente.
Lo que ignoran es que de la municipalización PRACTICAMENTE NO QUEDA NADA. En sus liceos y escuelas, las municipalidades no pinchan ni cortan. No tienen la menor ingerencia en los programas (que son los uniformes para todo el país: los CMO), ni en los sueldos (se fijan centralizadamente por el Ministerio y el Colegio de Profesores), ni en los estímulos ( igualmente centralizados), ni en los perfeccionamientos nacionales (la misma cosa) o en el extranjero (idem). No se puede remover ni trasladar—incluso de cargo dentro del establecimiento — a un profesor: lo impide el Estatuto Docente. En la tan discutida ley de evaluación, hay una sola cosa clara: que las Municipalidades no intervienen EN ABSOLUTO: ni siquiera se les pregunta qué opinan sobre los docentes empleados suyos.
Las Municipalidades, en educación, son solamente cajas pagadoras y administradoras físicas de los locales escolares de la comuna: se preocupan (a veces) de los vidrios rotos, las ampolletas quemadas, el papel confort y el agua que corre por los baños.
Tan humilde tarea, ¿la haría mejor el Estado Central, el Ministerio?¿Volverían también a su amoroso regazo las escuelas y colegios particulares subvencionados, el 40% de la educación total?
BRUNNER
Jornada Escolar Completa:
--En los últimos años se ha invertido bastante en infraestructura en los colegios del sistema público, se ha implementado la jornada escolar completa (JEC). Sin embargo, los alumnos de estos planteles no han mejorado –como se esperaba- su desempeño en el SIMCE o la PSU...
“Esto ocurre porque el supuesto de base está radicalmente equivocado. Por lo menos, nunca he pensado que haciendo todas estas cosas se iba a cambiar sustancialmente los resultados de estos alumnos. ¿Por qué? Porque el componente principal que explica los resultados escolares se relacionan con el origen sociofamiliar de los alumnos, cuánto capital cultural los niños heredan a través de la familia. Y sabemos que en eso hay enormes diferencias (...) Ahora, decir que la educación va a derrotar la desigualdad, requiere de condiciones que aún no hemos logramos.
Como se arregla
-¿Cuáles son esas condiciones?
“Tendría que haber un gasto en educación muy superior al que hacemos actualmente y muy distinto cómo lo hacemos hoy. Actualmente, hay un 8% de la matrícula en los planteles particulares pagados, donde asisten los niños que provienen de las familias con mayores ingresos y con mucho capital cultural, que pagan cerca de $150 mil mensuales promedio. Y luego pretendemos que niños que vienen de condiciones totalmente desfavorables, se puedan educar al mismo nivel, pagando el Estado entre $25 mil y $28 mil. Esa ecuación no funciona, porque hablando del punto de vista meramente económico, la educación de un niño que proviene de un hogar de bajos ingresos, obviamente es más cara. Y estamos haciendo exactamente lo inverso de lo que tenemos que hacer. (...) Lo que debemos hacer es elevar la subvención para el 92% restante. Y no sólo elevarla, sino que diferenciarla y dar un subsidio más fuerte para quienes provienen de los quintiles más bajos. Mientras no demos esos pasos, no lograremos derrotar la desigualdad”.
Vial completo
Brunner completo
20060525
La Revolución Pingüina

Desde luego, las “menos” son las que apuntan al corazón del problema. Pero hundidas en un magma de palabrería leguleya, las razones se pierden. Lo de la derogación de la Jornada Escolar Completa (JEC) parece ser el argumento más deschavetado. Estrella de la administración Frei jr., la JEC en la práctica hizo que el año escolar tuviera seis semanas más. La lógica estaba de parte de las JEC: a más horas de clase, mejor calidad de la educación. En la práctica, sin embargo, esto no ha resultado como se planeó. Una encuesta de la Universidad Católica reveló el año pasado que una mayoría de los profesores y los estudiantes se agota con los requerimientos de la JEC (no estoy siendo irónico), y que, más importante, al final del día ésta no ha incidido en una mejora en lenguaje, matemáticas o ciencia, que son las áreas a las que los colegios y liceos destinan más tiempo. Se suponía en un principio que la JEC era también para “otras cosas” (consejos de curso, tecnología, espacios para la innovación). Pero el factor PSU ha hecho que, en la prácitica, sea ocupada para pasar contenidos para ella. O sea, materia, materia y más materia.
Ok, puede ser. No sé si en Japón o Corea o India o Irlanda, países a los que nos queremos parecer, esto sería visto como anormal o "malo". Pero bueno, no soy yo el experto en educación.
Lo de la derogación de la ley (la “LOCE”, como se la conoce “en el medio"), es, ni más ni menos, acabar con la reforma que Pinochet hizo a la educación: en otras palabras, la educación pública en manos de municipalidades que funcionan o solas o a medias con “sostenedores”. ¿Qué quieren en cambio? El regreso a la educación pública, fiscal.
¿Están locos los pergenios? No sé, no soy el orientador. Sí creo que son unos maleducados… en el sentido estricto de la palabra: han sido educados mal. Pero creo también que, al menos, no les han atrofiado el cerebro tanto como para que no se den cuenta del hoyo en que están. Sí pienso que están tan perdidos como de costumbre: el regreso a la educación fiscal no va a solucionar el doble problema de desigualdad en la educación y de educación de mala calidad: es probable que lo agrande. Si las horas extras en la JEC son “agotadoras”, la solución es hacerlas compatibles con una educación de calidad, no terminarlas e irse a comer pan con palta –los que pueden- a la casa mientras ven a las chicas Mekano (creo que ya no existe, en todo caso).
Los pingüinos no saben lo que quieren, pero lo intuyen y, claro, lo quieren ya. Están reclamando (en rigor, la gran mayoría se está divirtiendo en las tomas y hueveos callejeros, pero el fondo del asunto persiste) que les hagan caso. Que de una vez por todas el Estado garantice la igualdad de oportunidades para todos, y por igual, aunque suene redundante.
Hasta ahora, estos han sido esfuerzos de papel. Ya lo he dicho antes, Gonzalo Vial me cae mal y discrepo de él en un montón de cosas, pero tiene toda la razón: la Concertación ha estado llena de buenas intenciones en educación, pero con ellas no ha hecho sino pavimentar el camino al infierno.
¿Cómo se arregla el asunto? No tengo la solución. Hoy la presidenta Bachelet anunció una nueva reforma educacional. No dijo nada muy específico ni elaborado, y sonó populachero. Uno tiembla un poco cuando escucha estas cosas. No sé si tenga un plan escondido; es difícil. ¿Se fue al tacho de la basura todo lo que se ha hecho desde Frei? Ojalá Bachelet tenga el coraje y la voluntad política de hacer una reforma de verdad y que lo que dijo hoy quede en la nada, como suele ocurrir. No sé cómo tenga que hacerse esa reforma. Pero, como dicen los pingüinos, tiene que hacerse ya.
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¿Sabías que el artículo más completo que he leído sobre el asunto (les da bola a los estudiantes) está en un sitio que no pertenece a ningún medio (educarchile.cl)?
¿Sabías que a los pingüinos no les gusta que les digan “alumnos” porque esto significa “sin luz” en griego? Entérate en el petitorio que le mandaron al ex ministro Bitar el año pasado.
¿Sabías que el petitorio que le mandaron al ministro Zilic este mes, tiene la frase “una vez más” en su encabezado?
20060130
La educación sentimental
El escándalo de la asignación errada de los créditos con aval del Estado hizo rasgar muchas vestiduras. Es verdad: este es el mecanismo más ambicioso para ocuparse de que no haya jóvenes que, pese a tener las capacidades, queden fuera de la educación superior por razones financieras. Es difícil estar en contra de este principio, que en Chile tiene una larga historia: la educación superior ha sido tradicionalmente el gran mecanismo de movilidad social, y en los últimos años han sido las universidades privadas las que, gracias a una extensa matrícula, han conseguido incorporar a un gran número de jóvenes: hace unos años, el presidente Lagos se jactó de que siete de cada diez jóvenes chilenos que cursaban estudios superiores, eran los primeros miembros de sus familias en acceder a ellos -sus padres no habían tenido la misma oportunidad. En 1993, las privadas representaban el 23 % de la matrícula total de universidades; en 2004, el 41 %.
El eterno clamor por más recursos para la educación superior fue respondido por el Estado. En 1993, se entregaron 31 mil millones de pesos en beneficios a un poco más de 71 mil estudiantes; en 2005, 91 mil millones de pesos a casi 200 mil alumnos. Los números suenan bien mientras estén lejos de la planilla excel: mientras los recursos se triplicaron; los beneficios "per cápita" apenas crecieron en 35 por ciento: o sea, el Estado gastó el triple en generar un tercio más de beneficios para cada alumno. De todas maneras, fue una proeza si uno considera que la matrícula de estudiantes que requerían ayuda financiera también se triplicó.
Pero este esfuerzo, que en el papel suena muy bien, choca contra la realidad: a las universidades chilenas entran quienes obtienen mejores puntajes en las pruebas de selección, que por regla general son los alumnos que vienen de la educación particular pagada. Es decir, la universidad está "perdiendo" esa capacidad de movilidad social que tiene, y lo que hace es perpetuar un sistema vicioso que recompensa la cuna de los jóvenes más que sus capacidades. Muchos que tienen el talento para estudiar, se pierden porque no tuvieron una educación de calidad, que los dejara al otro lado de la barrera que establece la prueba de selección. Para ellos, ese esfuerzo que hasta ahora ha hecho el Estado, no sirve de nada.
Por eso la idea del sistema con garantía estatal para créditos universitarios fue bien recibida. El Estado no tiene que desembolsar un peso: ya no es él quien pone todos los recursos, sino el sistema financiero, los bancos, que, como el Estado y la universidad son avales del muchacho, no tienen problema en prestar la plata porque, aunque el chico falle en pagar, la va a recuperar igual. De paso, se puede manipular la barrera de la PSU. El sistema está hecho para que postulen jóvenes que obtuvieron un mínimo de 475 puntos. Cualquier universidad que quiera bajar sus requisitos de entrada para recibir alumnos que tienen ese puntaje -y el crédito- puede hacerlo.
Los extranjeros -y sobre todo los alemanes- suelen tener problemas para entender el chiste de Don Otto. Don Otto, por si alguien no lo sabe, sorprendió a su mujer con otro hombre en el sofá. La solución al problema de infidelidad fue vender el sofá. Algo parecido está ocurriendo aquí. La PSU, se dice, mide conocimientos y no capacidades, y por lo tanto, como en la práctica en Chile los conocimientos se compran, la PSU solo consagra el éxito de quienes tienen los recursos para comprar esos conocimientos. Entonces, el paso lógico, es eliminar esta prueba tan injusta y permitir que a la universidad entren quienes tienen las capacidades.
Pero como en el chiste de don Otto, el problema no es el sofá (la PSU), sino que la educación pública no está entregando los conocimientos que debe entregar. Aunque suene herético decirlo, uno no se educa para adquirir capacidades -se supone que estas vienen por default, al menos eso enseña la parábola de los talentos-, sino conocimientos, y el sistema de educación superior por algo se llama "superior": porque da por sentado que los conomientos que va a entregar están sobre los que se entregaron antes.
La injusticia no es que las universidades pongan la "barrera" del conocimiento para entrar a ellas: eso es exactamente lo que deben hacer, por algo son universidades. La inmoralidad está en mantener a la educación pública chilena en el bajísimo nivel en que está, y en seguir otorgando licencias de cuarto medio a cientos de miles de jóvenes que no tienen un nivel básico de comprensión de lectura. Discúlpenme lo mala onda, no quiero ofender, pero es verdad: 475 puntos PSU -500 puntos PSU- implican que algo salió muy mal en la educación de ese joven: es una educación que no le sirve para hoy. Tenga o no talento, ese es otro tema; el problema es que las universidades deben tomar ese talento sobre un nivel determinado de conocimientos, no bajo él. Si no, en la práctica, las universidades se transforman en la educación media, pero esta vez bien. Y no sé a qué hora, ni con qué recursos, van a empezar a hacer su trabajo: dar una educación superior.
No me malinterpreten: el crédito con garantía del Estado es una buena idea para los alumnos-excepciones (que lograron, a pesar de tener todo en contra, adquirir conocimientos) y para un sistema que no discrimine desde la cuna. La enfermedad está allí: en que la educación pública tiene un nivel bajísimo, no en quienes la sobreviven ni en quienes la miden.
El eterno clamor por más recursos para la educación superior fue respondido por el Estado. En 1993, se entregaron 31 mil millones de pesos en beneficios a un poco más de 71 mil estudiantes; en 2005, 91 mil millones de pesos a casi 200 mil alumnos. Los números suenan bien mientras estén lejos de la planilla excel: mientras los recursos se triplicaron; los beneficios "per cápita" apenas crecieron en 35 por ciento: o sea, el Estado gastó el triple en generar un tercio más de beneficios para cada alumno. De todas maneras, fue una proeza si uno considera que la matrícula de estudiantes que requerían ayuda financiera también se triplicó.
Pero este esfuerzo, que en el papel suena muy bien, choca contra la realidad: a las universidades chilenas entran quienes obtienen mejores puntajes en las pruebas de selección, que por regla general son los alumnos que vienen de la educación particular pagada. Es decir, la universidad está "perdiendo" esa capacidad de movilidad social que tiene, y lo que hace es perpetuar un sistema vicioso que recompensa la cuna de los jóvenes más que sus capacidades. Muchos que tienen el talento para estudiar, se pierden porque no tuvieron una educación de calidad, que los dejara al otro lado de la barrera que establece la prueba de selección. Para ellos, ese esfuerzo que hasta ahora ha hecho el Estado, no sirve de nada.
Por eso la idea del sistema con garantía estatal para créditos universitarios fue bien recibida. El Estado no tiene que desembolsar un peso: ya no es él quien pone todos los recursos, sino el sistema financiero, los bancos, que, como el Estado y la universidad son avales del muchacho, no tienen problema en prestar la plata porque, aunque el chico falle en pagar, la va a recuperar igual. De paso, se puede manipular la barrera de la PSU. El sistema está hecho para que postulen jóvenes que obtuvieron un mínimo de 475 puntos. Cualquier universidad que quiera bajar sus requisitos de entrada para recibir alumnos que tienen ese puntaje -y el crédito- puede hacerlo.
Los extranjeros -y sobre todo los alemanes- suelen tener problemas para entender el chiste de Don Otto. Don Otto, por si alguien no lo sabe, sorprendió a su mujer con otro hombre en el sofá. La solución al problema de infidelidad fue vender el sofá. Algo parecido está ocurriendo aquí. La PSU, se dice, mide conocimientos y no capacidades, y por lo tanto, como en la práctica en Chile los conocimientos se compran, la PSU solo consagra el éxito de quienes tienen los recursos para comprar esos conocimientos. Entonces, el paso lógico, es eliminar esta prueba tan injusta y permitir que a la universidad entren quienes tienen las capacidades.
Pero como en el chiste de don Otto, el problema no es el sofá (la PSU), sino que la educación pública no está entregando los conocimientos que debe entregar. Aunque suene herético decirlo, uno no se educa para adquirir capacidades -se supone que estas vienen por default, al menos eso enseña la parábola de los talentos-, sino conocimientos, y el sistema de educación superior por algo se llama "superior": porque da por sentado que los conomientos que va a entregar están sobre los que se entregaron antes.
La injusticia no es que las universidades pongan la "barrera" del conocimiento para entrar a ellas: eso es exactamente lo que deben hacer, por algo son universidades. La inmoralidad está en mantener a la educación pública chilena en el bajísimo nivel en que está, y en seguir otorgando licencias de cuarto medio a cientos de miles de jóvenes que no tienen un nivel básico de comprensión de lectura. Discúlpenme lo mala onda, no quiero ofender, pero es verdad: 475 puntos PSU -500 puntos PSU- implican que algo salió muy mal en la educación de ese joven: es una educación que no le sirve para hoy. Tenga o no talento, ese es otro tema; el problema es que las universidades deben tomar ese talento sobre un nivel determinado de conocimientos, no bajo él. Si no, en la práctica, las universidades se transforman en la educación media, pero esta vez bien. Y no sé a qué hora, ni con qué recursos, van a empezar a hacer su trabajo: dar una educación superior.
No me malinterpreten: el crédito con garantía del Estado es una buena idea para los alumnos-excepciones (que lograron, a pesar de tener todo en contra, adquirir conocimientos) y para un sistema que no discrimine desde la cuna. La enfermedad está allí: en que la educación pública tiene un nivel bajísimo, no en quienes la sobreviven ni en quienes la miden.
20060103
Mi nombre es Mandrake

Qué lata que sepamos tan poco de Brasil. Qué lata que sepamos tan poco, por ejemplo, de Rubem Fonseca, un escritor que tiene sus buenos ochenta años. Tal como nuestro gran Luis "Paco" Rivano -Premio Nacional de Literatura AHORA para él-, Fonseca también fue "paco", claro que en Río de Janeiro. Pero no pasó mucho tiempo en las calles, sino en la oficina, ocupado, en los años cincuenta, de las relaciones públicas de "la institución", como dicen acá. Cuenta una biografìa suya que en esos años los policías cariocas eran más parecidos a jueces de paz que a lo que se entiende ahora por policía, y que en ese sentido, Fonseca era un maestro. Con el paso del tiempo, Brasil perdió un relacionador público y ganó un escritorazo.
Tengo en mis manos "Y de este mundo prostituto y vano sólo quise un cigarro entre mis manos", una de las novelas de Fonseca. En portugués el título es levemente distinto: "E do meio do mundo prostituto sò amores guardei ao meu charuto", que se traduce como que en el medio de un mundo puto, sólo amó a su cigarro (¿"Y en el medio de un mundo puto sólo quise a mi pucho" hubiera sido mejor?), pero la traducción al español quiso conservar la rima y no lo hizo mal. Aunque no lo he empezado, me doy cuenta de que el protagonista del libro es un abogado criminalista llamado Mandrake.
Lo que me lleva a Mandrake, serie que recientemente exhibió HBO los sábado en la noche, después de la muy calentona e interesante "Roma", y que repitió los jueves. Mandrake es de lo mejor que he visto en mucho tiempo. Para hacer una larga historia corta, Mandrake es un abogado criminalista, pero que no trabaja tras un escritorio. Su labor es ayudar a ricachones en problemas con los bajos fondos. Mandrake se mueve como peixe en el agua por un Río de Janeiro que no tiene que ver con los turistas ni las favelas, sino con los policías, los tipos listos, los travestis y las putas. Es un río urbano, no una postal, fotografiado como los dioses. Mandrake tiene dos novias al mismo tiempo: la joven y loca Bebel, y la menos joven pero no menos loca Berta. Mandrake tiene tres vicios: mujeres ("estoy apaixionado de todas las mujeres"), habanos y vino. Mandrake, en el argot brasileño, tiene que ver con alguien que por dentro es mucho más de lo que aparenta, tengo entendido.
Hay una maravillosa escena en uno de los ocho capítulos que se hicieron. En ella, Mandrake va a buscar a Bebel a la playa. Bebel es la garota perfecta, media rubia, media negra por el sol. Está en la playa y le dice que le toque el poto, que lo tiene duro por el gimnasio, que se esfuerza mucho, que la felicite. Mandrake está vestido con un terno negro. Aunque ella se lo pide, Mandrake se niega a sacarse el terno y meterse al agua.
No soy Fonseca. Soy incapaz de reproducir aquí las profundidades del misterio humano a las que se lanza Mandrake. Sólo diré que hay cierta tristeza, cierta melancolía en su mirada. Está en el mejor lugar del mundo, pero es así.

Sitio Mandrake en Portugués. ir a "Cinema y TV"
20051226
Más educación tiene un gato

Vamos rajando vestiduras por el "escándalo" que significa la PSU. ¡Cómo puede ser que haya tanta diferencia entre los establecimientos pobres y los ricos! Uyuyuy. Afortunadamente ha habido buenas columnas de opinión en la prensa en estos días, algo de luz entre tanta oscuridad intelectual. José Joaquín Brunner, en La Tercera, volvió a decir lo que dice todos los años en esta fecha: no tiene ninguna gracia que los "ricos" triunfen, porque discriminan de entrada. A esos establecimientos entran niños que están en ambientes proclives al estudio. Tienen computadores, conocen los libros, en sus casas hay intercambio de ideas y diálogos. Los colegios que "triunfan" en la PSU gastan, en promedio, $150 mil pesos mensuales en sus alumnos. Los "particulares subvencionados", $30 mil.
Esto es un escándalo por donde se lo mire, y lo es aún más si consideramos que incluso esa educación de 150 lucas al mes, si se la compara con países que toman en serio su sistema educativo -y que no necesariamente son del primer mundo-, es espantosamente mala. Cada prueba internacional de educación vuelve a desnudar al rey. O sea, nos hacen tontos "casi" por igual a pobres y a ricos. Y digo "casi" porque lo que hace un colegio de 150 lucas -en realidad uno de 200 en Santiago- es, más que educar, proveer al "educando" de una red de contactos. O sea, no sólo dar la PSU es relativamente fácil para los jóvenes que salen de este tipo de colegios, sino que por ese hecho, pasan automáticamente a formar parte de una informal y muy extensa red de apoyos mutuos. En Chile hacen poner, en los curriculos, de qué colegio salió uno. ¡QUÉ CHUCHA IMPORTA! La persona que está entregando un curriculo en una empresa YA PASÓ por la universidad, y -se supone- fue capaz de realizar hazañas intelectuales superiores a las que se le exigían en el colegio. Pero igual los jefes de personal preguntan: ¿de qué colegio saliste? Lo hacen porque en el fondo lo que importa no es tu cabeza, sino tus amigos, la plata que tenían tus padres, el lugar donde naciste.
Preguntar de qué colegio salió uno debería ser ilegal, así como poner la foto en el curriculo. Y estos son los problemas que tienen los privilegiados que lograron estudiar algo en una universidad... ¡Imagínense cómo será para los que salieron de colegios de 30 lucas al mes! Ellos y ellas simplemente no tienen chance alguna... de nada.
El problema es que mientras más se asiente este sistema de castas, peor para el país. En el fondo nos estamos fijando en la diferencia entre unos y otros... aún ni siquiera entramos en el tema de la calidad general de la educación. Brunner siempre ha sostenido que la manera de empezar a resolver el problema es tirar más plata a los colegios de 30 lucas. Más subvenciones. Eso, sostiene, podría ser un paliativo a la patente desigualdad que ni la derecha discute. En el otro extremo está Gonzalo Vial, el hombre QUE INVENTÓ ESCRIBIR CON MAYÚSCULAS CUANDO SE ENOJA. Sus columnas en La Segunda siempre han estado llenas de mayúsculas. Hombre en extremo conservador -nadie es perfecto-, Vial al menos le ha apuntado a la desastrosa conducción en educación que ha vivido Chile en las últimas décadas, y también le ha apuntado al tema de que sin la familia, es poco lo que los colegios, así reciban 400 lucas al mes por alumno, puedan hacer.
Lo próximo que uno podría decir es que éste "es un tema complejo". Y lo es. Lo voy a complejizar aún más. Los cabros chicos vienen mal, vienen rematados de flojos, con ínfulas de grandes señores. Los cabros chicos pobres y los cabros chicos ricos. No tienen muchas ganas de estudiar, pero sí de logar el éxito. En la revista El Sábado hicieron un buen artículo al respecto: es una generación de pergenios que se ha criado más con la obligación del éxito que con la del rigor. ¿Cómo lo explico? La tele, Marcelo Salas, Massú y González, son populares. La trigonometría, no. Y la pergeniada pobre recibirá una educación mala, pero no es tonta... ¿para qué esforzarse en un colegio, si al final el salto cualitativo que uno puede hacer con respecto a sus padres, es enano? La universidad no es para ellos, y solo la condición de profesional permite en Chile -algo- la movilidad social.
Entonces qué. No sé. Yo también me eduqué en Chile, así que soy medio ignorantón. Lo que sí sé es que el asunto no puede esperar más. Si hay algo que permite la movilidad social, sin guerras ni revoluciones mediante, es la educación. Y necesitamos movilidad social no sólo por un tema de justicia, sino de economía. Ahí se juntan la izquierda y la derecha. Pero solo en el papel, porque hasta ahora, ha sido el sofá de Don Otto: la PAA era mala, ah, entonces la vamos a cambiar por la PSU. Lo malo de la educación chilena no está en medirla, sino en que virtualmente no existe para un gigantesco porcentaje de la población.
¿Educación pública, no discriminatoria, gratuita y de calidad para todos? Sueñen. Pero ¿por qué no? ¿Por qué el liceo no puede ser igual de bueno que, digamos, el Grange? Según Brunner, eso debe ser. Según Vial, también hay que arreglar las familias de los pergenios. Según yo... me inclino más por Brunner, aunque creo que Vial tiene razón. Si esperamos a arreglar la "moral", podemos morirnos haciéndolo. Aunque creo que no es llegar y tirar la plata, creo que quien nos vaya a gobernar en los próximos años debe gastar sueño, energía, canas y sudor en la idea de que el liceo sea tan bueno como el colegio privado. Recientemente tuvimos una "super" señal de la Concertación. El ministro de Educación dejó su pega de la noche a la mañana para ir a ayudar a la candidata en problemas. Ayayayay.
Las posiciones de Brunner y Vial están un tanto caricaturizadas, para la rápida comprensión de este blog. La verdad es que no las entiendo mucho... son demasiado complejas para mí.
20051105
El fin de don Casimiro

Mi amigo don Casimiro Huerta Valverde, autor de la columna "Malditos jóvenes" de la Zona de Contacto de El Mercurio, me encarga comunicar a todos sus lectores que lo han echado. Lo han hecho, según él, de la manera más brutal y ordinaria: simplemente no lo publicaron más. Ni un mensaje, ni una advertencia. Un día miró el diario y simplemente no estaba.
"Se fueron a esa cuestión del interné", me dijo, "y nunca más supe de ellos".
"Típico de los jóvenes", agregó. "Son todos unos maricuecones, incapaces de hacer frente a la verdad. Pero yo sabía que iba a pasar esto. Fue mucho que durante dos años les dijera en sus caras de nalga que son unos privilegiados retamboreados, mientras los cabros chicos de las poblaciones tienen que prostituirse para comprar una marraqueta. Harto duró la cuestioncita. Al final, parece que los papis de los niños se enojaron (porque a ellos también los trataba de zoquetes retutas de sus tatas, y amenazaron con cancelar las suscripciones)".
Don Casimiro recibe una jubilación de $80 mil por sus cincuenta años en los Ferrocarriles del Estado. La plata que le pagaban en Zona de Contacto era poca, pero por lo menos doblaba sus ingresos.
"Me da lo mismo", me dijo. "Ya estoy muy viejo. No me pudieron matar con argumentos; probablemente me van a matar de hambre. Jóvenes de porquería".
Como primicia, aquí está la última columna de Don Casimiro: aquella que "el editor jovencito" recibió y nunca publicó.
Don Casimiro:
Leo su columna todas las semanas y con algunas cosas que plantea estoy de acuerdo, pero no con otras, como cuando trata mal a los padres de los niños. Yo quiero decirle que me preocupo de mis lolos, y mucho: ellos tienen un excelente grupo de amigos, un grupo de muchachas y muchachos del colegio, de primer nivel, que jamás haría las barbaridades que usted describe. Pongo mis manos al fuego por ellos.
Una mamá.
Mire, señora, no quiero ser irrespetuoso, pero mírese las manos y VÁYASE CORRIENDO A LA POSTA, para que le curen las quemaduras HORRIBLES que tiene. Si no se ha dado cuenta hasta ahora, yo creo que es porque los “angelitos” que usted tanto defiende, simplemente le echan DROGA al tecito que se toma con sus amigas, otra sarta de viejas que NO CACHA NI UNA de lo que pasa.
Así son los jóvenes privilegiaditos chilenos, señora: puras risitas, puras caritas de angelitos, pero la verdad es que la gran mayoría de ellos, mientras los jetones de los padres están en BABIA, salen a hacer puras barrabasadas.
Y no hablo de DROGARSE COMO MONO o tener SEXITO COMO CONEJOS. No señora, esas son batallas perdidas ya: prepárese para ser abuela pronto, y para que los infelices de los padres de esa criatura mezclen la MAMADERA con la MARIHUANA. De lo que hablo es de que los muy desgenerados, pese a que usted y el jetón de su marido SE HAN SACADO LA CONTUMELIA para poner a los “lolos” en el colegio privilegiadito, ellos han tirado AL WATER las oportunidades. En todos estos años de “carrete”, no han aprendido NI LA TABLA DEL UNO, señora.
Le recomiento seriamente, señora, HACERSE LA JETONA hasta el fin de sus días. Se lo recomiendo porque en el fondo, que estos granujas estudien o no da lo mismo: lo único que cuenta aquí es el colegio privilegiadito “de primer nivel”, porque después los compañeritos “de primer nivel” se van a dar trabajo entre ellos no más, y al pobre y triste jetón pobre que viene de un liceo, aunque les de MIL patadas en el tambembe en lo que se refiere a inteligencia, lo van a dejar de junior.
Viva Chile miércole. ¡Qué país más justo, solidario y democrático! ¿verdad?
20050902
La tragedia en Nueva Orleans
¿Se saldrá con la suya Bush esta vez?
Quienes le escriben los discursos al presidente Bush están muy cansados o tienen muy poco trabajo. "Vamos a ir a los lugares que están débiles y los haremos más fuertes" (estoy citando de memoria). "Saldremos más fuertes de ésta".
El spinning del gobierno federal se está centrando en dos puntos:
1. Nadie podía prever que el huracán venía tan fuerte (mentira, lo previeron para Andrew en Miami hace años).
2. Estamos haciendo bien el trabajo de proveer de asistencia a las miles de víctimas.
Lo primero podría pasar. La administración Bush ha hecho comulgar al respetable ruedas de carreta aún más grandes ("hay armas de destrucción masiva en Irak")
Lo segundo es francamente un chiste: el jefe de la FEMA, la ONEMI estadounidense, ha insistido en culpar de su destino a aquellos que "eligieron" quedarse en la ciudad. Como si hubieran tenido alguna alternativa. Inundación en Peñalolén, los que no sean capaces de caminar hasta Renca son culpables, les pasó por giles.
Pero Bush se va a salir con la suya. no le va a pasar nada. Hace años que los votantes ya no viven en las ciudades, sobre todo en las pobres. Se fueron a las comunidades suburbanas donde los nuevos conservadores se han hecho fuertes.
Hace unos días tuvimos nuestra propia inundación -de nuevo- en Santiago. Pero nosotros estamos acostumbrados a ella. Se cae una mediagua. Bah, ¿otra más? Santiago va a tener inundaciones siempre no por culpa de la naturaleza, sino porque prepararlo debidamente para hacerles frente es "muy caro": habría que hacer una red de colectores de agua tan grande como el metro. Nadie estaría interesado en consecionarlas. ¡O no? Podrían poner peajes a los guarenes del Canal San Carlos, que ya está hecho, para que el resto salga a cuenta. "No, Quintanilla, es muy caro eso oye, son como tres días al año, que se aguanten los giles, total en el verano andan reclamando que hace mucho calor".
Quienes le escriben los discursos al presidente Bush están muy cansados o tienen muy poco trabajo. "Vamos a ir a los lugares que están débiles y los haremos más fuertes" (estoy citando de memoria). "Saldremos más fuertes de ésta".
El spinning del gobierno federal se está centrando en dos puntos:
1. Nadie podía prever que el huracán venía tan fuerte (mentira, lo previeron para Andrew en Miami hace años).
2. Estamos haciendo bien el trabajo de proveer de asistencia a las miles de víctimas.
Lo primero podría pasar. La administración Bush ha hecho comulgar al respetable ruedas de carreta aún más grandes ("hay armas de destrucción masiva en Irak")
Lo segundo es francamente un chiste: el jefe de la FEMA, la ONEMI estadounidense, ha insistido en culpar de su destino a aquellos que "eligieron" quedarse en la ciudad. Como si hubieran tenido alguna alternativa. Inundación en Peñalolén, los que no sean capaces de caminar hasta Renca son culpables, les pasó por giles.
Pero Bush se va a salir con la suya. no le va a pasar nada. Hace años que los votantes ya no viven en las ciudades, sobre todo en las pobres. Se fueron a las comunidades suburbanas donde los nuevos conservadores se han hecho fuertes.
Hace unos días tuvimos nuestra propia inundación -de nuevo- en Santiago. Pero nosotros estamos acostumbrados a ella. Se cae una mediagua. Bah, ¿otra más? Santiago va a tener inundaciones siempre no por culpa de la naturaleza, sino porque prepararlo debidamente para hacerles frente es "muy caro": habría que hacer una red de colectores de agua tan grande como el metro. Nadie estaría interesado en consecionarlas. ¡O no? Podrían poner peajes a los guarenes del Canal San Carlos, que ya está hecho, para que el resto salga a cuenta. "No, Quintanilla, es muy caro eso oye, son como tres días al año, que se aguanten los giles, total en el verano andan reclamando que hace mucho calor".
20050530
Don Casimiro finalmente tiene novela
Como algunos elegidos entre ustedes saben, don Casimiro Huerta Valverde, el viejo que odia a los jóvenes y que escribe una columna en la Zona de Contacto, tiene por fin una novela. En ella, "Don Casimiro va a un carrete", el veterano emprende un viaje terminático (no va a ser iniciático; el caballero tiene 75 años) por el circuito de fiestas electrónicas chileno en busca de su nieta, una perdida adolescente que es dejota, go go dancer y en los ratos libres traficante de éxtasis. La novela será publicada próximamente por una editorial amiga (veremos qué tan amiga).
Por mientras, ahí está el prólogo del libro. Ya avisaré cuándo va a ser publicado:
Por mientras, ahí está el prólogo del libro. Ya avisaré cuándo va a ser publicado:
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Prólogo
Mucho se habla siempre de que la juventud es el divino tesoro, el mejor periodo de la vida. También se dice que los jóvenes son los grandes postergados, que nadie les lleva el apunte ni por si acaso. Yo sostengo que estas no son más que PATRAÑAS. Estupideces que los decadentes y drogadictos jóvenes chilenos han instalado en el debate público para, como dicen ellos, en ese lenguaje tan ZOPENCO que tienen, “engrupir”. Así estos PERGENIOS CARAS DE NALGA han logrado extender la “juventud” casi hasta los cuarenta años. ¿Postergados? JA JA. HACEN LO QUE CHURRA QUIEREN. A continuación un ejemplo:
A un imbécil retamboreado la polola lo patea. Acto seguido, luego de tragarse los mocos porque no se los sabe sonar, el muy asqueroso toma el gigantesco jeep que papito le regaló porque sacó doscientos puntos en la PSU y lo aceptaron en la Universidad del Huachalomo, y se larga por la autopista tomando vodka y aspirando cocaína para que se le pase “la penita”. A cuatrocientos por hora, mata a alguien. “Ay, discúlpenlo, es que es joven”. “No sabía lo que hacía”. “Le falta experiencia”. El pergenio CHURRA DE SU MADRE, privilegiado retuta de su tata, no pasa ni cinco minutos en la comisaría y llega el papito, con el compadre general de Carabineros, a buscarlo. Enojado, le pega un coscacho. “No lo vuelvas a hacer”. Y sería todo el “gran” castigo que el padre del año le propina a su hijo ASESINO. Al día siguiente, el JETÓN despierta en su camita sin acordarse de nada de lo que ha pasado. Todo está en paz y quietud, salvo la resaca, la acidez en la garganta y las ganas de seguir vomitando en la taza del baño. Son las tres de la tarde, pero “el niño estaba cansado”, así que sus buenos para nada padres lo dejan dormir hasta LA HORA DE LA ÑAUCA. Llega la nanita peruana con un pan con palta y lo despierta. EL OLOR A PEDO Y SOBACO Y TRAGO ES INSOPORTABLE en esa pieza, pero a la pobre mujer no le queda otra que servir al minipatrón de latifundio, con la mejor sonrisa que tenga en la boca. Suena el teléfono. Es la jetona de la ex pololita. “Ay, ¿sabes qué? Mejor volvamos a pololear”.
Si les suena conocida esta historia, SABANDIJAS, es porque ha pasado muchas veces. ¿Ya se están riendo los muy INMORALES? ¡Qué chistoso matar jetones con menos privilegios que ustedes! ¡Qué cómico tener SIERVOS DE LA GLEBA EN LA CASA, a vuestra entera disposición, 24 horas al día! Y todo esto sin tener que trabajarle UN PESO A NADIE, porque la billetera de papito está ahí, siempre lista.
Me presento, GUAILONES, para quienes no me conozcan. Soy Casimiro Huerta Valverde. Trabajé durante cincuenta años en los gloriosos Ferrocarriles del Estado, de los cuales jubilé, hace ya algo más de una década, con una pensión ratona que no me alcanza ni para una bolsa de té. Pero en vez de ir a tirar migas de pan a las palomas en la Plaza de Armas, como a ustedes les gustaría, desgraciados, me dediqué a intentar enmendar los rumbos de la decadente juventud chilena en una columna que escribía en un diario de la capital. Sí, cretinos sinvergüenzas. La columna, que se llamaba “Malditos Jóvenes”, me hizo ganar casi nada de plata, muchos enemigos, cartas de odio, y hasta una paliza que me propinó una pandilla de "valientes" pailones que, luego de dejar mis viejos huesos para la historia junto a un grifo en un barrio del poniente de Santiago, se subió a su jeep último modelo, todos ellos muertos de la risa, y las emplumó para su emperifollado Barrio Alto, a ponerse a salvo, bajo las faldas de sus nanitas y sus mamitas.
Desde luego, todo esto ocurrió porque la “valiente” juventud chilena alegaba por el mal trato que le propinaba yo, un pobre y triste viejo con placa y que no se ducha porque si no se resfría, y que por eso anda con olor a sobaco la mayor parte del día. Los niñitos se quejaban porque los trataba de drogadictos. Las niñitas, porque las calificaba de ninfómanas. Los papacitos, porque les decía EN SUS CARAS DE PERINEO, que eran unos FLOJOS DE LA CONTUMELIA, que nunca se han preocupado de sus hijos, y por eso tenemos el desastre actual: el país se va a ir a la misma CHUÑA porque la generación de recambio resultó ser una buena BOSTA.
Harto duré, en el nombre de la libertad de expresión, hasta que no me aguantaron más y un editor jovencito y taquillero un día simplemente no me publicó más. Ni siquiera se atrevió a llamarme por teléfono para echarme, el muy maricueca. Dijo que me envió un meil, o como sea que se llamen esas cuestiones de la computación, pero yo no tengo computador en la casa NI PIENSO TENER. Yo no soy como ustedes, desgenerados, que hacen al papito gastar lo que no tiene en esas burradas y después se dedican a puro mirar monas piluchas en la pantalla, y a conectarse con otros sicópatas iguales a ustedes para ponerse de acuerdo y a la noche salir a hacer barrabasadas.
Pero como el noventa y nueve por ciento de la juventud chilena no lee ni la palabra “poto” escrita en la pared del baño, supongo que soy desconocido para la mayoría de los mequetrefes jovencitos que podrían leer este libro que es la primera parte de mis memorias, y que explica algunas de las cosas que me han pasado como para formularme la impresión que tengo de la juventud actual. Los señores de esta editorial que me contactaron querían hacer un libro grande, que explicara muchas cosas de mi vida. Yo les dije: amables señores, los jóvenes chilenos son una sarta de IGNORANTES RETAMBOREADOS, que con suerte lee el “Condorito”, y ni nos pongamos a preguntar si entienden los chistes, así que hagamos una cosa chica y con letra grande. Total, en la página cincuenta ya se van a andar quejando de que no entienden ni jota, y se van a poner a llamar por teléfono celular a ese narcotraficante tan simpático que les consigue drogas para amenizar el “carrete”.
Yo no sé si este libro se va a leer o no. Si no, ME IMPORTA UN REVERENDO PUCHO. Soy lo suficientemente viejo como para no andar buscando la aprobación de unos PAPANATAS.
Sé qué me odian, pergenios. Ustedes tampoco me caen bien a mí. Pero resulta que de alguna manera el país tiene que funcionar, a pesar de que ustedes sean la generación –o más bien DESGENERACIÓN-- de recambio. Por eso, para no sentir que durante cincuenta años transporté EN VANO en los trenes a los jetones que los terminaron engendrando a ustedes, voy a hacer este último esfuerzo. Si alguno de ustedes, BESTIAS, lee este pequeño libro, fantástico. Si alguno de ustedes, DELINCUENTES, llega a cambiar, hago una fiesta. Pero sé que eso no va a ocurrir. Escribo y publico esto, entonces, por mis bisnietos, ya que mis nietos se han dedicado, principalmente, a la NINFOMANÍA y a TENER SEXO COMO CONEJOS. Quizás esos cabros chicos que yo jamás conoceré, arreglen LA CASA DE HUIFAS en que ustedes tienen convertido este país. Pero antes, alguien tiene que contar las cosas como son. Llamar al pan pan y al vino vino. Decir la verdad.
Casimiro Hipólito del Carmen Huerta Valverde
Carnet de empleado de los FF.CC. del E., no 458.
El Tabo, V Región. Enero de 2005.
Prólogo
Mucho se habla siempre de que la juventud es el divino tesoro, el mejor periodo de la vida. También se dice que los jóvenes son los grandes postergados, que nadie les lleva el apunte ni por si acaso. Yo sostengo que estas no son más que PATRAÑAS. Estupideces que los decadentes y drogadictos jóvenes chilenos han instalado en el debate público para, como dicen ellos, en ese lenguaje tan ZOPENCO que tienen, “engrupir”. Así estos PERGENIOS CARAS DE NALGA han logrado extender la “juventud” casi hasta los cuarenta años. ¿Postergados? JA JA. HACEN LO QUE CHURRA QUIEREN. A continuación un ejemplo:
A un imbécil retamboreado la polola lo patea. Acto seguido, luego de tragarse los mocos porque no se los sabe sonar, el muy asqueroso toma el gigantesco jeep que papito le regaló porque sacó doscientos puntos en la PSU y lo aceptaron en la Universidad del Huachalomo, y se larga por la autopista tomando vodka y aspirando cocaína para que se le pase “la penita”. A cuatrocientos por hora, mata a alguien. “Ay, discúlpenlo, es que es joven”. “No sabía lo que hacía”. “Le falta experiencia”. El pergenio CHURRA DE SU MADRE, privilegiado retuta de su tata, no pasa ni cinco minutos en la comisaría y llega el papito, con el compadre general de Carabineros, a buscarlo. Enojado, le pega un coscacho. “No lo vuelvas a hacer”. Y sería todo el “gran” castigo que el padre del año le propina a su hijo ASESINO. Al día siguiente, el JETÓN despierta en su camita sin acordarse de nada de lo que ha pasado. Todo está en paz y quietud, salvo la resaca, la acidez en la garganta y las ganas de seguir vomitando en la taza del baño. Son las tres de la tarde, pero “el niño estaba cansado”, así que sus buenos para nada padres lo dejan dormir hasta LA HORA DE LA ÑAUCA. Llega la nanita peruana con un pan con palta y lo despierta. EL OLOR A PEDO Y SOBACO Y TRAGO ES INSOPORTABLE en esa pieza, pero a la pobre mujer no le queda otra que servir al minipatrón de latifundio, con la mejor sonrisa que tenga en la boca. Suena el teléfono. Es la jetona de la ex pololita. “Ay, ¿sabes qué? Mejor volvamos a pololear”.
Si les suena conocida esta historia, SABANDIJAS, es porque ha pasado muchas veces. ¿Ya se están riendo los muy INMORALES? ¡Qué chistoso matar jetones con menos privilegios que ustedes! ¡Qué cómico tener SIERVOS DE LA GLEBA EN LA CASA, a vuestra entera disposición, 24 horas al día! Y todo esto sin tener que trabajarle UN PESO A NADIE, porque la billetera de papito está ahí, siempre lista.
Me presento, GUAILONES, para quienes no me conozcan. Soy Casimiro Huerta Valverde. Trabajé durante cincuenta años en los gloriosos Ferrocarriles del Estado, de los cuales jubilé, hace ya algo más de una década, con una pensión ratona que no me alcanza ni para una bolsa de té. Pero en vez de ir a tirar migas de pan a las palomas en la Plaza de Armas, como a ustedes les gustaría, desgraciados, me dediqué a intentar enmendar los rumbos de la decadente juventud chilena en una columna que escribía en un diario de la capital. Sí, cretinos sinvergüenzas. La columna, que se llamaba “Malditos Jóvenes”, me hizo ganar casi nada de plata, muchos enemigos, cartas de odio, y hasta una paliza que me propinó una pandilla de "valientes" pailones que, luego de dejar mis viejos huesos para la historia junto a un grifo en un barrio del poniente de Santiago, se subió a su jeep último modelo, todos ellos muertos de la risa, y las emplumó para su emperifollado Barrio Alto, a ponerse a salvo, bajo las faldas de sus nanitas y sus mamitas.
Desde luego, todo esto ocurrió porque la “valiente” juventud chilena alegaba por el mal trato que le propinaba yo, un pobre y triste viejo con placa y que no se ducha porque si no se resfría, y que por eso anda con olor a sobaco la mayor parte del día. Los niñitos se quejaban porque los trataba de drogadictos. Las niñitas, porque las calificaba de ninfómanas. Los papacitos, porque les decía EN SUS CARAS DE PERINEO, que eran unos FLOJOS DE LA CONTUMELIA, que nunca se han preocupado de sus hijos, y por eso tenemos el desastre actual: el país se va a ir a la misma CHUÑA porque la generación de recambio resultó ser una buena BOSTA.
Harto duré, en el nombre de la libertad de expresión, hasta que no me aguantaron más y un editor jovencito y taquillero un día simplemente no me publicó más. Ni siquiera se atrevió a llamarme por teléfono para echarme, el muy maricueca. Dijo que me envió un meil, o como sea que se llamen esas cuestiones de la computación, pero yo no tengo computador en la casa NI PIENSO TENER. Yo no soy como ustedes, desgenerados, que hacen al papito gastar lo que no tiene en esas burradas y después se dedican a puro mirar monas piluchas en la pantalla, y a conectarse con otros sicópatas iguales a ustedes para ponerse de acuerdo y a la noche salir a hacer barrabasadas.
Pero como el noventa y nueve por ciento de la juventud chilena no lee ni la palabra “poto” escrita en la pared del baño, supongo que soy desconocido para la mayoría de los mequetrefes jovencitos que podrían leer este libro que es la primera parte de mis memorias, y que explica algunas de las cosas que me han pasado como para formularme la impresión que tengo de la juventud actual. Los señores de esta editorial que me contactaron querían hacer un libro grande, que explicara muchas cosas de mi vida. Yo les dije: amables señores, los jóvenes chilenos son una sarta de IGNORANTES RETAMBOREADOS, que con suerte lee el “Condorito”, y ni nos pongamos a preguntar si entienden los chistes, así que hagamos una cosa chica y con letra grande. Total, en la página cincuenta ya se van a andar quejando de que no entienden ni jota, y se van a poner a llamar por teléfono celular a ese narcotraficante tan simpático que les consigue drogas para amenizar el “carrete”.
Yo no sé si este libro se va a leer o no. Si no, ME IMPORTA UN REVERENDO PUCHO. Soy lo suficientemente viejo como para no andar buscando la aprobación de unos PAPANATAS.
Sé qué me odian, pergenios. Ustedes tampoco me caen bien a mí. Pero resulta que de alguna manera el país tiene que funcionar, a pesar de que ustedes sean la generación –o más bien DESGENERACIÓN-- de recambio. Por eso, para no sentir que durante cincuenta años transporté EN VANO en los trenes a los jetones que los terminaron engendrando a ustedes, voy a hacer este último esfuerzo. Si alguno de ustedes, BESTIAS, lee este pequeño libro, fantástico. Si alguno de ustedes, DELINCUENTES, llega a cambiar, hago una fiesta. Pero sé que eso no va a ocurrir. Escribo y publico esto, entonces, por mis bisnietos, ya que mis nietos se han dedicado, principalmente, a la NINFOMANÍA y a TENER SEXO COMO CONEJOS. Quizás esos cabros chicos que yo jamás conoceré, arreglen LA CASA DE HUIFAS en que ustedes tienen convertido este país. Pero antes, alguien tiene que contar las cosas como son. Llamar al pan pan y al vino vino. Decir la verdad.
Casimiro Hipólito del Carmen Huerta Valverde
Carnet de empleado de los FF.CC. del E., no 458.
El Tabo, V Región. Enero de 2005.
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